Las empresas demandan desarrolladores con capacidad de aprendizaje y autonomía
En la última década hemos sido partícipes del cambio experimentado en el mundo analógico hacia una nueva realidad en la que impera la transformación digital y las nuevas tecnologías.
Desde la escuela de programación internacional Wild Code School, explican las necesidades de la nueva empresa del siglo XXI. El mapa de empleabilidad de cara a 2030 difiere significativamente del modelo establecido hasta el momento, de manera que también cambian los requisitos de cara a la selección de personal. Al aumentar la demanda de profesionales con formación en competencias digitales, muchos optan por adentrarse en el mundo de la programación, donde lo más valorado por las empresas es la capacidad de aprendizaje y la autonomía del trabajador.
Tal y como explican desde Wild Code School, depende mucho de la empresa, pero hay algunas necesidades comunes que no siempre resultan ser de naturaleza técnica, como se tiende a pensar: «Diría que la necesidad más común es la de que los candidatos tengan capacidad de aprendizaje y sean autónomos. Muchas empresas forman a los estudiantes cuando los contratan y son conscientes de que son junior, por lo que esta es una habilidad importante».
En cuanto a necesidades técnicas, las empresas reclaman unas u otras habilidades, dependiendo del stack que ellas mismas utilicen. En este momento, como explican desde la escuela, existe una gran demanda de programadores que conozcan React, o Vue.js para el front, o Node.js para el back.
Otra necesidad común es que los candidatos sean versátiles. Por esta razón, alguien que conozca tanto el back como el front-end, es mucho más atractivo para las empresas, defienden desde Wild Code School. Este tipo de profesionales cuentan con una mayor capacidad de adaptabilidad y pueden realizar labores tanto en una como en otra parte de la estructura, unificar el trabajo de sus compañeros, o especializarse.
Las empresas buscan diferentes perfiles, desde desarrolladores que puedan solucionar problemas específicos desde el principio, a ingenieros que se ocupen de la innovación, la arquitectura y la investigación dentro de la empresa. En función de eso se demandarán profesionales formados de una u otra forma. De este modo, desde Wild Code School animan a optar por complementar los estudios con una formación en programación, ya sean o no universitarios. Al igual que «para construir un edificio, no hace falta que todos los implicados estudien arquitectura», tampoco se precisa de una carrera universitaria para trabajar en programación.
«En la Universidad, te formas durante cuadro o cinco años con más profundidad, pero en gran medida sobre una base teorética. El objetivo de la carrera es dar a los estudiantes conocimientos científicos en el campo informático. La programación se estudia con el propósito de entender otras áreas (sistemas operativos, algoritmos, machine learning, interacción humano-máquina… ). Desde luego, una carrera te dará una mayor base y comprensión de los sistemas, pero no te dará necesariamente conocimientos actualizados en programación», añaden desde la escuela.
En este momento, ante la demanda de perfiles técnicos, en concreto desarrolladores, resulta fácil reciclarse, y cada vez existen más programas con este fin. Aproximadamente un 13% de desarrolladores declara haberse formado por cuenta propia, pero no todo el mundo tiene esa capacidad. Es ahí donde entra el rol de los bootcamps: programas formativos con gran efectividad y mucho más que los antiguos másteres de las escuelas de negocio: duran menos tiempo y las probabilidades de contratación son elevadas.