Los diferentes tipos de confinamientos a los que están sometidos cerca de 4.000 millones de personas en todo el mundo con el objetivo de frenar la propagación del COVID-19, ha provocado un incremento exponencial del comercio electrónico.
Incluso un 25 por ciento lo hace después, para comprobar que lo ha hecho a buen precio e incluso devolver el producto en algunos casos.
El estado de alarma ha implicado un aumento del uso de la red de datos, de nuestra manera de consumir y de nuestras compras a través de internet.
En la actualidad, el 71 por ciento de los internautas españoles compra por Internet de forma habitual, según las cifras aportadas por IAB Spain.
El comercio electrónico se ha transformado desde las primeras transacciones online de los años 90 hasta la actualidad. La tecnología ha sido la punta de lanza en la revolución en este sector.
El ir de compras ha cambiado gracias al surgimiento de los smartphones. El consumidor ya no está obligado a entrar al establecimiento para probarse físicamente lo que quiere. Ahora puede conocer si existe el artículo en stock, adquirirlo con un solo click o, incluso, ver cómo le quedaría según la talla o modelo.
El cierre de la gran mayoría de los comercios y la necesidad de adquirir bienes y/o servicios desde casa ha provocado un crecimiento del comercio electrónico.
El uso de la Inteligencia Artificial, IA, avanza en el sector del ecommerce.
El reto de las marcas de predecir las próximas necesidades comerciales de cada consumidor, como el tendero de antaño, que no fallaba al ofrecer el producto que uno necesitaba, porque conocía al dedillo al cliente, implica conocerlo en profundidad.
Se buscan expertos en datos y en ciberseguridad, comprometidos, con capacidad de aprendizaje y proactividad.
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