Desintoxicación digital

Cómo desengancharse del estrés tecnológico

Es curioso cómo hemos hecho un viaje inverso al que hicimos en este blog hace años. Una vez publicamos una trilogía de entradas sobre el estrés que causa la tecnología, a lo que respondimos con formas con las que la tecnología puede ayudar a conseguir ESO que todos sabemos que alivia el estrés.

Sin embargo, en esta nueva ocasión, al último post que hemos publicado sobre ESO mismo, le sigue hoy otro que nos devuelve al tema del estrés digital. Es lo que hay amigos, lo sentimos, pero que conste que no estaba planeado. Además, de lo que trata esta nueva entrada es, precisamente, de encontrar otras formas de luchar contra la ansiedad de la era de Internet y los móviles. Al fin y al cabo, no todos los antídotos tienen que ser ESE.

En concreto, lo que viene a recomendarnos la psicóloga Gabriela Paoli, protagonista del artículo de más abajo, son dos propuestas. Sobre la segunda no vamos a incidir mucho, porque es una especie de “retiro espiritual” que ella misma organiza y por tanto es su negocio que quiere vendernos, y el Pulpo no hace publicidad a quien no le paga (hasta ahí podíamos llegar). Pero baste decir que ese “retiro 100% detox digital” (así lo denominan) no debe ser muy diferente de la rehabilitación de Jesse Pinkman de Breaking Bad, sólo que en vez de abstenerse de drojas en el colacao, hay que abstenerse del smartphone. Nada que no hubierais escuchado antes sobre cosas como vacaciones a sitios libres de cobertura móvil o Wi-Fi

La otra propuesta es la denominada fórmula "RAND", que son las siglas de R (relaciones sociales), A (artes, etc.), N (naturaleza) y D (deporte). En definitiva, que se podría decir que Gabriela Paoli considera a los amiguetes, los hobbies, el campo y el ejercicio como las metadonas de la adicción tecnológica. Muy bien. Nuestra querida mascota, que ya tiene otros vicios pero el de la tecnología no es un de ellos, propondría la fórmula “PULPO”: P (pasar del móvil), U (usarlo sólo para ver la hora -ni desbloquearlo necesita-), L (leer sólo en papel físico), P (pisapapeles  como uso prioritario del móvil) y O (olvidar dónde lo ha dejado -cosa que le pasa sin esfuerzo alguno, y sin estrés por encontrarlo-).

En cualquier caso, como el octópodo del blog es totalmente partidario de todo lo que sea huir de la tecnología, le parece perfecto dejaros, a continuación, con el artículo. Luego ya vosotros decidís si os desintoxicáis o todo lo contrario. Pero que quede claro: No hay mejor manera de desengancharse de algo que no haberlo deseado nunca: Podrá estar perdido en la nube, pero el Pulpo sale de ella cuando quiere, sin trauma alguno. Ahí queda eso.

 

Psicóloga experta en tecnoadicciones propone una fórmula contra la hiperconectividad

Este año se cumplen 16 años desde que se lanzó el primer iPhone, 13 años de Instagram, 7 años el TikTok... Sin duda, el móvil es una herramienta extremadamente útil y práctica. Sin embargo, son muchos los que establecen una relación de dependencia con el móvil.

Así, según el Estudio sobre Adicción al Móvil elaborado por Rastreator, casi 8 millones de españoles se considera adicto al móvil. Del mismo modo, más del 60% de la población reconoce que es lo primero y lo último que hace en el día. 3,7 millones afirman que no pueden pasar más de una hora sin consultarlo. Y por último, el 38% de la población pasa ya la misma cantidad de tiempo conectado al móvil que interactuando directamente con las personas.

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Vida acelerada e hiperconectada

Tal y como afirma Gabriela Paoli, psicóloga y autora del libro "Salud digital: claves para un uso saludable de la tecnología", vivimos en una sociedad hiperconectada, estamos sobrestimulados a base de scroll o a golpe de click. Numerosos estudios demuestran que, por ejemplo, las redes sociales, lejos de conseguir unirnos a las personas, pueden aumentar los sentimientos de soledad, aislamiento social, ansiedad y depresión. Las prisas nos llevan al fenómeno "Faster", se trata de consumir contenido audiovisual aumentando la velocidad. El problema es que acostumbramos a nuestro cerebro a una velocidad irreal, que genera tecnoestrés y ansiedad.

"Estamos normalizando terminar el día agotados y hacer que el tiempo para uno mismo sea un privilegio de pocos. Estamos naturalizando el estrés y las prisas como un elemento más de la vida contemporánea", comenta Paoli a lo que añade "esto nos hace entrar en unas dinámicas y hábitos muy perjudiciales para nuestra salud física y mental. El estrés debilita nuestro sistema inmunitario y nos deja vulnerables frente a las enfermedades físicas y mentales".

La fórmula "RAND": El antídoto contra la hiperconectividad

¿Cómo mejorar nuestra salud digital? ¿Cómo conseguir un uso consciente y controlado de los dispositivos electrónicos? La experta plantea una fórmula simple y sencilla para desconectar y conectar con la vida real, la fórmula "RAND":

•                    R (RELACIONES SOCIALES): fomenta relaciones sociales, familiares y amplía tu círculo social. Nuevas personas que sean afines a tu momento actual.

•                    A (ARTES, LITERATURA, CIENCIA, CINE...): la lectura, la música, el teatro, una exposición, harán que tu mente se relaje, activarás otras partes del cerebro que te volverán más creativo y libre. Aprenderás a conectar contigo mismo a través de estímulos visuales, auditivos, etc.

•                    N (NATURALEZA): nuestro entorno natural es fundamental para calmar nuestra mente. El realizar un paseo por el campo, el sentir el sol y el viento en tu rostro, el apreciar los diferentes colores de verde de los árboles, de la yerba...las flores, los pájaros...todo esto hace que respires más profundamente y conectes contigo mismo.

•                    D (DEPORTE): realizar algún ejercicio o deporte con regularidad harán que mantengas a raya tu ansiedad. Ganarás confianza y seguridad en ti mismo, te sentirás más ágil y vital.

En definitiva, una buena salud digital puede crearse y mantenerse mediante la inclusión de hábitos de autocuidado como son una alimentación equilibrada y sana, el cuidado de nuestras horas de sueño, el ejercicio diario, y por supuesto, la gestión del uso saludable de nuestros dispositivos.