Si estáis pensando que este monográfico sobre control parental que iniciamos la semana pasada en la última reseña de Black Mirror estaba pensado desde el principio, nos estáis sobrevalorando: Es pura casualidad. Y la verdad es que empieza a mosquearme… Os cuento.
Si seguís habitualmente las entradas sobre el Espejo negro, sabréis de las coincidencias que se están dando con algunos de los episodios: Cuando va a llegar la navidad, resulta que me toca ver el Especial de Navidad de la segunda temporada; cuando va a llegar el Día de San Valentín, resulta que me toca ver el capítulo más romántico de la serie, San Junípero; y cuando las redes sociales están ardiendo como nunca con el tema de la difusión del odio y este se traslada a las calles tras la detención de Pablo Hasél, me coincide con el episodio Odio nacional… Bueno, pues ahora resulta que el jueves pasado, al rato de haber publicado la reseña de Arkángel, acerca del control parental y la tecnología, llega a la redacción una nota de prensa sobre el control parental… ¿es para flipar o no es para flipar?
En fin, mientras yo sigo reponiéndome de esta alineación planetaria, o bien me empiezo a plantear contactar con Iker Jiménez para arrojar más luz sobre este asunto tan inquietante, yo os voy a dejar con el artículo de marras, para así complementar el anterior post del blog. Dicho complemento queda reforzado por el hecho de que el punto de vista en este caso es claramente partidario del uso del control parental. Así nadie nos podrá acusar de sesgados ni cosas por el estilo. Entre tanto, yo estoy tentado de ver sobre qué va el próximo episodio de Black Mirror que me toca ver…
P.D.: Empiezo a alarmarme... ojo al tweet de hoy mismo que acabamos de retuitear: https://twitter.com/unpulpoenlanube/status/1373953641720209412?s=20 ...
7 beneficios del uso de la tecnología por parte de los más jóvenes bajo control parental
Los niños de hoy en día crecen y se desarrollan rodeados de las nuevas tecnologías. En España, el 66% de los menores de entre 10 y 15 años dispone de teléfono móvil, mientras que el 89,7% usa ordenador y el 92,9% se conecta a internet, según el estudio 'Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares' del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Afrontar esta realidad no significa rechazarla ni autorizar la utilización sin mesura de smartphones, ordenadores o tablets, sino que evidencia la necesidad de usar el sentido común a la hora de educarlos en este terreno. De ahí que no haya una respuesta única sobre la famosa pregunta: '¿A qué edad le compro el primer teléfono móvil a mi hijo?'. Según una encuesta del INE, la edad más habitual es a los 13 años (ya lo tiene el 84%), pero esto es solo un dato estadístico, ya que depende de aspectos tan particulares como su crecimiento y entorno.
Lo que es importante es que los progenitores estén al tanto del uso que hacen sus hijos sobre todo para que les ayuden en este desarrollo tecnológico. Para ello, aparte de su dedicación y paciencia, disponen de la herramienta de control parental en los dispositivos tecnológicos, un mecanismo que les permite conocer los sitios web, apps o sistemas operativos a los que acceden, así como fijar un límite de tiempo.
Familiarizarse con su uso
Aparte de socializar con las amistades, leer o practicar deporte, entre otros, es importante para el crecimiento de un adolescente que se vaya familiarizando con las nuevas herramientas digitales, ya que les va a ayudar en su presente y, sobre todo, en el futuro.
Según la empresa de logística inversa del sector tecnológico ANOVO, los dispositivos tecnológicos aportan esta serie de beneficios si se da un buen uso de los mismos:
- Potenciación de habilidades: Gracias al uso de internet, los menores pueden explorar sus inquietudes y profundizar más en sus aficiones, como la música, el baile, el dibujo...
- Cercanía con las personas del entorno: Como ocurre con los adultos, las nuevas tecnologías también aportan a los menores inmediatez y cercanía a la hora de comunicarse con sus amigos o familiares.
- Apoyo escolar: Al igual que pasaba con las enciclopedias hace años, ahora internet es un vehículo muy útil para ampliar conocimiento académico.
- Independencia: Siguiendo unas pautas mínimas de buen uso, los menores pueden utilizar los recursos tecnológicos con el fin de resolver cualquier duda.
- Localización: Disponer de un móvil permite que los adolescentes se puedan poner en contacto con sus progenitores si se pierden o, incluso, pueden mandar la ubicación GPS.
- Entretenimiento: Las nuevas herramientas pueden ser didácticas y divertidas si se utilizan de manera controlada.
- Estimulación: Existen aplicaciones que ayudan a los pequeños a potenciar el cálculo mental, la memoria o la atención mediante juegos.