No son pocas las ocasiones en las que hemos tratado en este blog la forma en la que las nuevas tecnologías, concentradas en ese cachivache del que ya no sabemos desprendernos que es el smartphone, han modificado nuestras vidas y nuestro comportamiento.
Desde la obsesión por los selfies hasta las nuevas conductas sociales molestas (por decirlo suavemente), pasando por la ansiedad ante la falta de conectividad, son muchas las rutinas que hemos modificado en nuestro día a día no precisamente para mejorar nuestro bienestar. Los efectos en la salud mental son cada vez más patentes. No es de extrañar que mucha gente (que antes apenas eran esos pocos “irritantes tecnófobos” a los que no se hacía caso) ha empezado a cambiar sus hábitos digitales.
La compañía tecnológica SPC elaboró un listado de prácticas saludables frente al exceso de uso de los dispositivos. En principio, su intención era dirigirlo al grupo de edad que más puede, aparentemente, sufrir las consecuencias de la adicción al móvil, los adolescentes. Sin embargo, desde aquí creemos que vale para cualquier grupo de edad, pues no parece que estos “problemillas” sean necesariamente exclusivos de los más jóvenes. Es cierto, como bien explican desde la marca, que un estudio de UNICEF estima en 4 de cada 10 los adolescentes con problemas de salud mental. Pero ¿quién puede negar que, de hecho, cada vez más adultos sigan siendo en su cabeza adolescentes…?
Ante este problema, desde SPC recomiendan cinco rutinas que pueden ayudar a “quitarse”, que diría Roberto Iniesta (para que sólo nos pongamos de vez en cuando). La primera es definir horarios de uso y desconexión, para evitar el cansancio de la vista, la falta de concentración y los problemas para dormir bien. La segunda es tener una vida activa: Sal a darte un paseo, a hacer parkour, a escalarte una secuoya gigante, a jugar a la petanca, qué se yo… pero sin grabarte todo el rato vídeos de Tik Tok mientras los haces, porque entonces sería tontería el esfuerzo. A eso último puede ayudar la tercera medida, que es activar el Modo Concentración que tienen algunos móviles, y que por ejemplo reduce las notificaciones. Y junto a eso, otros dos ajustes que también tienen ese tipo de dispositivos: los recordatorios de tiempo de uso de la pantalla, así como de aplicaciones concretas.
En definitiva, que hay vida más allá de las apps, internet y las redes sociales y, de hecho, aunque algunos no lo crean, todo ese mundo físico que estaba ahí antes de la era digital sigue existiendo, no vino ningún meteorito a cargárselo como a los dinosaurios. Disfrutadlo, pues.