Los bancos, como pulpos en Silicon Valley

¡Que no cunda el Pan rico!

¡Qué lástima que al final no adoptásemos como nombre para el blog aquel que estaba en la lluvia de ideas, “Como un pulpo en Silicon Valley”. No es que nos haya ido mal con el del pulpo en la nube, pero ahora nos habría quedado de perlas con la que está cayendo…

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No hace falta que os lo digamos si ya nos conocéis, pero hay que dejar claro que somos los menos indicados para hacer un análisis serio (sobre todo eso, serio) sobre los recientes acontecimientos del desplome de Silicon Valley Bank y demás movidas del efecto dominó en las finanzas y la bolsa y bla, bla, bla. Ni por nuestros conocimientos de economía ni por (y esto es lo triste) por los de tecnología. Pero claro, si todo el mundo habla de ello, habrá que hablar de ello, contribuyendo sin mala intención clickbait al pánico generalizado, por supuesto…

De hecho, el sábado por la tarde yo todavía estaba a mis cosas cuando me enteré (al menos un par de días tarde) de la noticia por un amiguete del barrio que me encontré por casualidad, y me empezó a hablar en términos apocalípticos de lo que iba a ocurrir en la ya actual semana: Que si ya verás, que si ahora van a caer de uno en uno todos los bancos, que si estamos apañaos… No llegué a preocuparme mucho, porque conozco a este vecino, y ese conocimiento se confirmó más adelante cuando la conversación le llevó a hablarme de lo poco que se fía de las vacunas, de lo poco que se cree el cambio climático, etc. Así pues, y a la espera de que empezara a explicarme la planicidad de la Tierra, o la vitalidad actual de Elvis, o las más de cinco décadas de mortalidad de Paul McCartney, yo volví a poner mi mente en mis cosas de fin de semana.

Pero claro, ahora la cosa está ya en ese punto de posible pre – distopía en la que no se sabe cuánto más va a pasar ni hasta dónde va a llegar el asunto, y aunque todavía no se haya hundido el mundo como preconizaba mi amigo, vete tú a saber más adelante… De momento la cosa pasa de EEUU a Europa y se pone chungo el Petit Suisse, que es algo que a mí de pequeño me mezclaban con los yogures, cuando ahora sé que el yogur no necesita que le aporten nada para que sea comestible. Vamos, que tanto dar créditos y al final pasa lo que pasa…

En fin, que ahoya ya parece que hemos entrado en modo de negación pre – Covid, cuando decíamos aquello de “No os preocupéeeeeis, no pasa naaaada, que lo de China no nos va a pasar a nosoootros”, y luego, “que nooo, que de Italia no paaaasa…”, etc. También es verdad que como llevamos como cosa de un año (o más, ya ni me acuerdo) oyendo tambores de recesión (recordemos que sigue lo de la guerra y la inflación), e incluso ya nos dijeron que la pandemia iba a ser mucho más costosa de superar a nivel de empleo y economía de lo que luego fue, igual nos hemos confiado cual oyente de las trolas de “Pedro y el lobo” (hablo del cuento, en política no me meto…)

Más de uno se preguntará: ¿Pero y esto tiene tanto que ver con la tecnología? Porque parece como que sí, que el sector digital está totalmente relacionado con lo que pasa, y no olvidemos que otros bancos que han caído son los de las criptomonedas, o que el propio SVB se encargaba de financiar startups. Pero, si no fuese por la tecnología, ¿sería por otra cosa? ¿Es la informática un chivo expiatorio de la mala gestión financiera? (Volved a leer las dos últimas frases imaginando la voz de Gloria Serra, o la de Iker Jiménez: queda fetén).

Bueno, ya nos han dicho que el petróleo del siglo XXI son los datos, y los datos hoy en día se gestionan con las tecnologías de la información, como su propio nombre indica. Así pues, si la tecnología tose, los mercados mundiales se resfrían, amigos. Pero claro - y aquí viene un argumento que puede sonar a explicación de cuñao -, cuántas veces nos ha parecido que alguna app móvil no servía realmente para hacer algo nuevo, o algo que no pudiéramos seguir haciendo, con la misma facilidad o incluso mayor, por los métodos analógicos previos; O aquel mantra de las compañías de convencernos de necesitar algo que si siquiera sabíamos que necesitábamos: (Volved al “modo Gloria Serra”) ¿Nos estaban vendiendo humo? Y claro, ¿es sembrando humo como se cosechan bancarrotas? …Igual ahora soy yo el que se ha puesto conspiranoico, llamadme loco. Pero no, todas esas apps recopilan nuestros datos, así que la rueda debería estar funcionando… para los que estén recogiendo los frutos, claro…

En definitiva, que estamos como pulpos tratando de explicarnos algo tan volátil como la economía y tan complejo e inasible como el mundo digital (tal para cual), así que mejor nos callamos ya. Esperemos que esos mundos no estén tan perdidos en la nube como nuestra mascota. Veremos.