Son ya muchas las películas y series que han tomado como base la actual revolución digital para plantear tramas de ciencia ficción y futuros distópicos, como hemos procurado reflejar en esta temática cinéfila de nuestro blog. Y, casi sin darnos cuenta, más o menos como ha ocurrido con esta acelerada era informática, ya han pasado bastantes años desde que estas ficciones vienen conjeturando hacia dónde vamos o podríamos ir.
Por eso, resulta interesante acudir de vez en cuando a algunas de las primeras, de las que se estrenaron en los tiempos en los que ya casi todo el mundo tenía teléfono móvil pero todavía era de segunda generación, o de cuando Internet empezaba a instalarse en cada vez más hogares. De más o menos esa época procede la producción canadiense Cypher, de la que nos separan ya 20 años.
Viéndola, es inevitable sentir extrañeza ante detalles como que, en un film de ciencia ficción, el símbolo del almacenamiento de información sea todavía un CD-ROM, que años más tarde habría sido sustituido por un pendrive, y ahora directamente podría valer con el propio smartphone y su conexión a la nube. Al mismo tiempo, a alguien de mi edad ese CD-ROM no le resulta tan lejano como lo sería una cinta de casete, la cual todavía sentiría como buena parte de mi vida (supongo que estoy sonando a boomer); Entiendo que para hacer las mismas muecas que haría un chaval de hoy en día al ver Cypher yo tendría que ver los cachivaches de James Bond en sus películas de los 60 o 70. Está claro que la sustitución de la tecnología nos hace sentir viejos, pero el ritmo de aceleración de esto se ha llevado al extremo las últimas décadas… veremos si esto vuelve a cambiar con la actual crisis en ciernes.
Independientemente de esos detalles, me parece que la película, estando más o menos bien, no ha envejecido de una forma muy favorecedora; casi me parece una serie B de los primeros 90; unos 10 años aparentemente más antigua de lo que es; incluso hasta Terminator 2, de 1991, me resulta bastante menos envejecida. Otra cosa es su temática de trasfondo: El espionaje industrial. Hay buena parte del metraje inicial que no parece estar hablando de tecnología, y de hecho me estaba planteando no hablar de esta película por aquí. Pero claro, luego resulta que hay un giro de guion, y lo que parecía ser una cosa, resulta ser otra. Y aquí es donde entra la finalidad de la informática, que viene implícita (y explícita) en su propia palabra: La información, y su valor para las compañías y los mercados.
Porque, ya sea de forma legal o ilegal (la segunda es la que plantea este film), el contar con la mayor cantidad de datos posibles acerca de las empresas de la competencia es el oro de nuestros días, desde hace ya varias décadas. Y claro, cuando los sistemas informáticos se vuelven cada vez más capaces de almacenar volúmenes ingentes de información, la tecnología cibernética se convierte en el bateo de oro, o incluso en la mina de oro, de estos tiempos. Y entonces aparece la forma delictiva de acceder a esa fuente de la abundancia, que es el ciberespionaje. Y sobre eso trata Cypher, en una época que visualmente puede parecer desfasada, y con unos planteamientos sci-fy más o menos exagerados, pero con una esencia que no debe andar muy alejada de lo que sigue siendo hoy en día, o de lo que fuera en el siglo pasado con los microfilms de James Bond en lugar de un CD-ROM.
Poco más que añadir, porque el resto es una trama aceptable pero poco brillante (para mi gusto) o muy típica de suspense y acción (bastante más de los primero), con una fotografía pretendidamente opresiva que ahora me parece ligeramente cutre, unas interpretaciones que no me transmiten en exceso, y con un final romántico feliz típicamente forzado. Entretenida, eso sí.
Nota del Pulpo: 6 / 10
…Y hasta aquí hemos llegado con las reseñas cinéfilas del Pulpo en esta temporada 2021-2022. Esperemos que haya muchas más en la próxima temporada, y que no se demoren mucho con el estreno de los próximos capítulos de Black Mirror…