Con este tema poca broma. Y va en serio. Una cosa es la gracieta que hicimos hace meses acerca de los singles y ciertas iniciativas digitales para disimular que viven solos, y otra es lo chungo que lo ha pasado mucha gente durante estos pasados meses de estado de alarma.
Ahora bien. Sin ánimo de negar que muchas de estas personas que viven solas, y otras muchas que aun acompañadas echaban de menos a otros familiares, han podido sobrellevar la situación gracias a herramientas tecnológicas que pueden ser muy loables, no son menos ciertas otras dos cosas: Una, que hay gente que ha acabado hasta la coronilla de las videollamadas. Y dos, que este que escribe y que vive solo, salvo un par de reuniones de trabajo por videoconferencia, sólo se ha comunicado con familiares y amigos por teléfono y por email. ¡Si hasta he jugado partidas de ajedrez por teléfono fijo (que además lo recomendaban porque ayudaba a no saturar tanto Internet)! Y tan feliz. Es más, he ganado la mayoría de esas partidas, qué más se puede pedir.
En fin, que a lo que quiero ir a parar es que sí, que la tecnología es estupenda, y que seguramente lo habríamos flipado sin ella durante estos meses pasados, pero eso no significa, en mi humilde opinión, que todo deba obligatoriamente girar en torno suyo. Por supuesto que a los gurús del sector sí les parece que tiene que ser así, pero cuidado con convertir la transformación digital en la segunda venida de nuestro señor Jesucristo (mis disculpas si he ofendido a alguien). Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Dicho esto, os dejo con los datos de un estudio de Kaspersky, con infografía y todo al final, para que quede clara la visión tecnofílica contra la que tampoco pretendo tirar piedras (que sería hacerlo contra mi propio tejado) sino simplemente relativizar las cosas. El ejemplo está en el titular del informe “El 39% de los españoles ya sentía soledad antes del confinamiento”: yo era uno de ellos, y creedme que los primeros días creí que se me caerían las paredes de casa encima, y luego he salido con mucho mejor ánimo (ni comparación) del que tenía antes de la pandemia (sé que está feo decirlo, pero es así), y repito que videollamadas, ni una…
…y yo ahora me voy a ponerle la batería al portátil, que voy a empezar el finde con una maratón de teleconferencias con amigos y familiares…
El 39% de los españoles ya sentía soledad antes del confinamiento
Una reciente investigación de Kaspersky revela que los europeos han estado sufriendo de soledad mucho antes de que entraran en vigor las medidas de confinamiento a causa de la pandemia del COVID-19. De acuerdo con dicho estudio, cuatro de cada diez personas (41% en Europa y 39% en España) reconocen que durante la pandemia se han sentido igual o menos solas que antes de que comenzara. Con las normativas de distanciamiento social puestas en marcha, las personas están recurriendo a la tecnología para mantenerse en contacto con sus seres queridos y sentirse más acompañados durante la crisis provocada por el coronavirus.
A medida que más personas se han visto obligadas a pasar la mayor parte de su tiempo en casa para seguir las directrices de distanciamiento social, también se han vuelto más dependientes de la tecnología. El 84% de los españoles encuestados admite que la tecnología les ha ayudado a sentirse conectados con amigos o familiares que viven lejos. En Europa esta cifra es del 71%, aunque crece hasta niveles similares a los españoles en aquellos hogares multigeneracionales, es decir, hogares en los que las personas viven con su pareja, hijos, padres o parientes mayores -una composición familiar habitual en nuestro país- y pueden ayudarles con cualquier problema que tengan al usar la tecnología.
El 41% de los encuestados españoles confirma que las restricciones a la actividad social introducidas como resultado del COVID-19 han hecho que se sientan más cómodos usando la tecnología que antes. Esta cifra se eleva al 43% de los encuestados europeos de la generación Millennial y al 53% entre los que viven en hogares multigeneracionales, lo que demuestra que el hecho de pasar más tiempo en casa ha llevado a una mayor dependencia de la tecnología.
Kathleen Saxton, psicoterapeuta y fundadora de Psyched, cree que, aunque la tecnología está ayudando a las personas durante la pandemia, la soledad es la mayor epidemia que afecta a los humanos y permanecerá mucho tiempo después de la crisis actual. Según señala Saxton "aunque podemos estar abrumados por toda la tecnología a nuestra disposición en los últimos años, es justo decir que estamos agradecidos por su existencia en los últimos meses. Es evidente que, aunque la tecnología no puede reemplazar nunca el contacto humano, ha servido para hacer frente a la soledad durante este tiempo".
Lo más sorprendente quizá es que la Generación Z , aquellos nacidos entre 1994 y 2001, ha sido la que ha sentido un mayor nivel de soledad. El 68% de los europeos en este grupo de edad admite haberse sentido solo durante el confinamiento, al menos parte del tiempo, en comparación con el 37% de la Generación Silenciosa (los nacidos antes de 1946). Estas cifras ponen de relieve que, aunque los gobiernos y las comunidades suelen dar prioridad a las generaciones mayores para asegurarse de que no se queden aisladas, las personas más jóvenes y las que están en edad de trabajar podrían estar perdiendo el apoyo que necesitan.
Por otro lado, aunque la tecnología está demostrando ser un beneficio, no todo el mundo es tan experto como le gustaría. De hecho, el 54% de los encuestados españoles que dicen sentirse solos todo el tiempo desearían ser más expertos en el uso de la tecnología, ya que les ayudaría a sentirse más acompañados.
"Nunca antes habíamos visto una adopción tan masiva y rápida de la tecnología. Normalmente, la tecnología tiende a entretejerse con nuestras vidas de forma más gradual, pero la actual situación de pandemia ha obligado a la gente que antes rehuía la tecnología a adoptarla. Algunos servicios, como las videollamadas o las compras online, que antes se utilizaban ocasionalmente, se han vuelto esenciales. Si bien es una gran noticia que aquellos que antes temían o despreciaban la tecnología ahora están beneficiándose de ella, es importante tener en cuenta que la conciencia y las actitudes de las personas respecto a los riesgos online pueden quedar rezagadas respecto a su comprensión de cómo utilizar la tecnología. Tenemos que asegurarnos de que se mantengan conectados de forma segura. Si se utilizan de manera segura, las herramientas digitales y online a nuestra disposición pueden suponer un gran remedio frente a la soledad", comenta David Emm, Investigador Principal de Seguridad de Kaspersky.
"Somos afortunados de poder conectarnos online durante este período y es probable que estos hábitos continúen incluso después de que se levanten las medidas de distanciamiento social. Es importante crear hábitos online seguros desde el principio para asegurarnos de no ser víctimas del cibercrimen en un momento en que el coronavirus nos hace más dependientes de la tecnología", concluye David Emm.