Espejo Negro, Temporada 6 Episodio 4: Mazey Day

Ni tecnología, ni pies ni cabeza

Que un episodio de Black Mirror tenga escaso componente tecnológico puede llegar a considerarse respetable, si por lo demás resulta ser bueno. No me parece muy coherente, porque es la seña de identidad y el meollo de la serie de Charlie Brooker; es casi como si en la siguiente temporada de Stranger Things no pasaran cosas extrañas; pero se puede perdonar si funciona. Ahora bien, a nosotros, en este blog sobre tecnología, prácticamente nos dejan a dos velas, salvo que hagamos una entrada off – topic.

Si hablamos sobre la tecnología que hay en el cuarto episodio de la última temporada del Espejo Negro, acabamos el post en este mismo párrafo. Y ya si hablamos de la implicación que tiene la tecnología en la trama, nos estamos empezando a extender muchísimo más de lo necesario. Porque en el segundo episodio de esta misma sexta temporada, Loch Henry, la temática tecnológica también es mínima y accesoria, pero al menos enfatiza ligeramente cómo se ha viralizado el fenómeno de los true crime debido a las plataformas digitales. En Mazey Day apenas vemos usar a la protagonista un ordenador un par de veces, una para descargar archivos de imágenes y otra para conectarse a internet, y más adelante alguien le pone un dispositivo de geolocalización a otro en una moto. Y nada más. Y sin que eso importe un bledo para el desarrollo de la historia, como cuando un personaje bebe un vaso de agua o cierra una puerta, más o menos.

Para seguir desarrollando esta entrada sin dejar de hablar de tecnología, me invento la “necesidad” de preguntarme por qué han querido ambientar la historia en un momento en el que los iconos de archivos de imágenes y la conexión a internet tipo módem nos retrotraen a unos 20 ó 25 años atrás, si lo mismo que ocurre en el episodio valía en la actualidad o hace 40 años. De hecho, en la actualidad, lo más interesante para mi gusto de la trama (sin ser deslumbrante), podría haber tenido un enfoque más tecnológico: Al albur de las redes sociales, el periodismo de acoso paparazzi puede tomar otra dimensión; no acabo de entender por qué han querido renunciar a ello, máxime teniendo en cuenta que, insisto, ¡es un episodio de Black Mirror! ¡Si están cansados de crear nuevo contenido para esta serie, porque creen que lo han trillado todo en lo que a informática se refiere, que el señor Brooker se ponga a hacer otra!

…O eso, o (vuelvo a insistir), que al menos el episodio sea bueno (Loch Henry me pareció aceptable). En Mazey Day la mayor parte del metraje es, aunque salvable, bastante mediocre, con una narrativa errática con soluciones poco convincentes. La crítica a la insensibilidad del periodismo sensacionalista, siendo como he dicho antes lo mejor, tampoco conmueve, no aporta una visión más provocadora que lo ya visto mil veces antes, sobre todo en la propia realidad. Nadie olvidará nunca como acabó Lady Di, pero a mí me impactó fuertemente alguna de las escenas del documental sobre Amy Winehouse, en la que una manada de fotógrafos asalta en plena calle a la ya muy debilitada y enferma cantante, completamente incapaz de defenderse ni reaccionar, mostrando algo que, como concepto, parece una violación en grupo, por muy desafortunada que alguien pueda considerar esta comparación. Al lado de eso, lo de este episodio del Espejo Negro resulta muy blando, muy poco incisivo. No porque los fotógrafos insulten y digan tacos a la famosa de turno nos vamos a escandalizar; hay que currarse el argumento un poco más.

Eso sí, la traca final llega cuando se produce un inesperado giro que, tanto argumentalmente como en todo lo demás, no hay por dónde pillarlo (y tampoco tiene nada que ver con la tecnología, no vamos a decir más). Es sabido que esos cambios de argumento son también marca de la casa Black Mirror, y varios de ellos han salvado o mejorado episodios que, al menos para mi gusto, eran flojos o incluso tirando a malos (casos claros de Oso blanco, Hang the DJ y Blanca Navidad). Pero es que en Mazey Day ocurre justo todo lo contrario: Si el episodio ya venía siendo flojo previamente, al final es prácticamente un desastre, propio de un creador naif que piensa que con eso nos va a volar la cabeza… No, amigos, milagros friquis tipo Abierto hasta el amanecer solo ocurren y funcionan una vez o como mucho dos en la historia.

 

Nota del Pulpo: 4 / 10