Espejo Negro, Temporada 6 Episodio 5: Demon 79

¿Dónde demonios está la tecnología…?

Bueno ya está bien. Hasta aquí podíamos llegar. Hemos admitido a regañadientes que en un par de episodios de Black Mirror la tecnología fuera un tema prácticamente secundario o incluso accesorio y testimonial. Pero por lo que no pasamos es porque el último ni siquiera trate nada en absoluto sobre tecnología, porque entonces hablar de él en este blog de tecnología es una pérdida de tiempo y de espacio de contenido en Internet. Y lo que tampoco queremos es dejar en blanco un episodio de una serie que hemos reseñado entera, capítulo por capítulo. ¿Ahora qué hacemos?

Pues lo siento mucho, pero no me voy a resignar, que como mínimo tenemos que poner palabras clave en negrita para que los motores de búsqueda online nos posicionen algo mejor en temas de informática y esas cosas. Así pues, voy a sacar de donde no hay, voy a ordeñar un botijo vacío, voy a exprimir un fruto seco, voy a hacer palpable el olor de las nubes, yo qué sé… En este último episodio de la sexta temporada del Espejo Negro, llamado Demon 79, ambientado en Inglaterra en 1979, le han puesto el mayor reto a un Pulpo que huye de la tecnología, pero el reto es que el octópodo tiene que hablar de tecnología cuando no la hay… ahora ya sí que está más perdido que en la nube.

En el capítulo sale momentáneamente algún televisor… en el año 1979, claro. Olvidaros de Smart TV o plataformas de streaming; aquí no había ni TDT, eran televisiones con joroba. También sale momentáneamente algún teléfono… teléfono fijo, claro, alámbrico y de rueda o disco de marcar; Aún quedaba mucho para los smartphones. ¡Ah! Y el título del episodio parece el Nick de un perfil de redes sociales… Un momento… A ver si va a resultar que el personaje del demonio en esta historia es una metáfora y una sátira de los trolls de internet que malean la cabeza de gente que está enganchada a su teléfono móvil… aunque en este caso el móvil sea una tablilla de madera más bien propia de los “enseres” de ultratumba tipo ouija… De hecho, el demonio cambia su “avatar” inicial de monstruo a miembro del grupo de música disco Bonnie M, como quien customiza su perfil en Instagram…

…No cuela, ¿verdad? Pues no. Yo habría estado dispuesto a desarrollar una trama paralela a la del episodio con una perspectiva del actual mundo digital, pero no quiero pecar de petulante en el intento de buscar una profundidad que probablemente no exista, ni en el capítulo ni en la cabeza de sus creadores. El caso es que en Demon 79 no hay ni ordenadores, ni móviles, ni servidores conectados a la nube mediante una red, ni tramas de hackers que lanzan ciberataques, ni conflictos por la Inteligencia Artificial, ni nada de eso. Eso sí, hay unos breves fotogramas del famoso perro – robot del episodio Metalhead, de la cuarta temporada, que para colmo es uno de los peores de Black Mirror (parece que lo hayan hecho aposta). Eso sí, fijaros en la cantidad de palabras en negrita que he conseguido colar sobre tecnología: Si es que cuando me propongo algo, no hay manera de que se me resista.

Bueno, pues ahora ya, para acabar, el episodio en sí. No me parece que esté mal, tiene una trama bien narrada, con crítica al racismo entre otras, con una mezcla de humor negro y terror que a ratos funciona mejor que en otros episodios, aunque quizás algún elemento sórdido sea poco oportuno cuando hablamos de cierto tono de comedia, no ya porque pueda herir sensibilidades (que también), sino porque en ese momento la mezcla comedia – horror chirría y no fluye en ninguna de las dos vertientes. Eso hay que hacerlo con mucha mayor maestría para que brille, como logró Juan José Campanella en El secreto de sus ojos (también porque en esta el humor es menos negro y no es terror sino suspense, pero sordidez no le falta a su historia). Por lo demás, en una historia fantástica de lo que se trata es de sorprender, y aquí te quedas un poco a dos velas pese a que la propuesta de partida era aparentemente más aprovechable. En cualquier caso, funciona aceptablemente como entretenimiento, para gusto del Pulpo. Por debajo de la media de la serie, pero no muy por debajo. Eso sí, insistimos: Si vas a dejar de hablarnos de tecnología, Charlie Brooker, por favor, llama a tu serie de otra forma (haz otra serie, vaya).


Nota del Pulpo: 6,5 / 10