Los informáticos también tienen su propio En casa del herrero, cuchillo de palo

Muchos huyen de Whatsapp, Facebook, Chrome o Google

Al final resulta que los propios informáticos me van a dar la razón en mis reticencias hacia ciertas aplicaciones que son ineludibles y sagradas para la inmensa mayoría de la gente. Tampoco me extraña mucho: El documental de El dilema de las redes ya nos mostró a extrabajadores de esas compañías advirtiéndonos de la falta de ética de esos servicios, y los mismísimos gurús del TOP de Silicon Valley, empezando por Steve Jobs, procuraban alejar a sus hijos de los dispositivos, como también comentamos por aquí. Pocos mejor que ellos podían saber de qué va la vaina.

La cosa no ha decaído posteriormente. Los escándalos entorno a Facebook en relación a la falta de privacidad se van sucediendo cada cierto tiempo. Asimismo, hace no mucho hemos visto cómo acerca de Instagram se revelaban las prácticas de la empresa dirigidas a fomentar la toxicidad de esa red social para lograr captar mayor atención de sus usuarios. En fin, que por mucho que os duela reconocerlo, las quejas de los tecnófobos (siempre que no alcancen el radicalismo) no son ni de lejos comparables a los mensajes conspiranoicos de los antivacunas o los terraplanistas.

Y los primeros que son conscientes de ello son los informáticos… Y no me vengáis con que un informático es un bicho raro encerrado en su cuarto, porque salir a la calle para tener el cuello permanentemente torcido hacia el móvil tampoco es un ejemplo de desconectarse precisamente.

A continuación, os dejamos con un artículo que explica la conducta de los informáticos ante los problemas de privacidad y similares en relación a las aplicaciones móviles… Vosotros veréis si queréis hacer caso a quien más sabe del tema o no…


Así son los móviles de los informáticos: ni WhatsApp, ni Chrome, ni Google

Gran parte de la población no se plantea vivir sin WhatsApp, Chrome o Facebook, pero muchos expertos informáticos rechazan estas herramientas tecnológicas para proteger sus datos y se ponen a cubierto usando otras aplicaciones o navegadores que saben que son más seguros. "Todo parece muy simple, fácil e incluso neutro, cuando detrás hay una trama muy compleja de intereses", advierte el profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Quelic Berga, quien defiende que por ello los que saben de tecnología "suelen tener menos aplicaciones y elegidas con más cuidado".

El director del máster universitario de Desarrollo de Sitios y Aplicaciones Web, César Córcoles, está de acuerdo en que los especialistas tienden a instalar herramientas "menos populares", ya que cada una supone "un riesgo potencial para la seguridad y la privacidad". Los estudios así lo ratifican, y apuntan a que cientos de aplicaciones utilizan datos de los usuarios pese a que estos no permitan el acceso de manera específica. Sin embargo, la ciudadanía, por lo menos la mitad de la estadounidense reflejada en este informe, asume que no puede evitar que las compañías utilicen sus datos en el día a día. En cambio, algunos informáticos están convencidos de lo contrario y consideran que se trata de exigir el "derecho fundamental" de elegir si se permite que se usen las conversaciones, la localización o los gustos personales y con qué finalidad.

Una de las aplicaciones más descargadas, la tercera a escala global, es WhatsApp, aunque en los últimos meses Telegram ha aumentado su número de usuarios. Este cambio, que muchas personas hacían en un intento de evitar que sus comunicaciones fueran recopiladas por el gigante estadounidense "no acaba de resolver el problema", según explica Berga. "Solo descentraliza los datos, y hace que lo que antes solo recogía WhatsApp desde Estados Unidos ahora no sea completo, porque hay una parte que se recoge vía Telegram desde Rusia". Otra opción es cambiar a otra plataforma, como Signal. "Merece mi máximo respeto porque el código es abierto y porque detrás hay una fundación sin ánimo de lucro", afirma. Para Córcoles, lo fundamental es "no entregar todas nuestras conversaciones a un solo proveedor" y apuesta por "diversificar" como una "buena estrategia para reducir nuestros riesgos".

Navegadores web: ¿Firefox o Chrome?

La elección del navegador con el que buscamos y operamos en internet cada día también es importante. "Soy usuario de Firefox y hago lo posible por evitar Chrome. Algo creado por una empresa que obtiene la mayoría de sus ingresos de la publicidad no me parece la mejor herramienta para proteger mi privacidad cuando navego por la web", afirma el director del máster universitario de Desarrollo de Sitios y Aplicaciones Web, que también aconseja evitar aquellas páginas que nos lanzan "múltiples pop-ups con publicidad o que nos llevan a otras páginas web. Conviene desconfiar al menos un poco e ir con cuidado antes de hacer ningún clic", recomienda. En todo caso, apunta, webs para recortar vídeos, editar fotos u operar con archivos PDF sí que pueden ser una alternativa a instalarnos aplicaciones en ordenadores u otros dispositivos. Por su parte, el docente Quelic Berga revela que utiliza DuckDuckGo como buscador porque "no tiene términos y condiciones y no hace nada con tus datos, con lo cual, no hay que firmar nada".

El profesor de la UOC advierte de que el concepto de "gratuidad" se puede confundir con "generosidad" a la hora de poder descargar o utilizar una aplicación o servicio web. "El intento de fidelizar, captar la atención, recoger datos o complementar un proceso más complejo nada tiene que ver con la bondad", expone, al contrario que las licencias de contenidos libres, Creative Commons o software libre, que sí son altruistas, añade.

En general, el experto considera que hace falta mayor divulgación sobre conceptos "básicos" de informática y seguridad para el gran público. "Sería muy apropiado que se explicara después de comer, en los 15 minutos de programas de televisión dedicados a recetas de cocina", ejemplifica. De lo contrario, lamenta, muchas compañías siguen acumulando "metadatos agregados de tanta gente que tienen un poder elevadísimo y extremadamente estratégico para quien quiera manipularnos. Me atrevo a decir que hoy en día saben más los algoritmos sobre ti que tú mismo o que tu propia madre", afirma.

Repaso de términos y condiciones

¿Qué podemos hacer para aprender de los que más saben de informática? Una opción es utilizar aplicaciones alternativas. Berga recomienda usar F-Droid para encontrar aplicaciones libres, y Córcoles añade el "repaso" de los permisos que damos al descargar o entrar en una de ellas. Pone como ejemplo la geolocalización: "Podemos decirles que solo la usen cuando estemos en ella: es cómodo que para llamar a un taxi sepa dónde estamos, pero ¿por qué permitirle que lo sepa siempre?".

Ambos advierten de los peligros de ofrecer datos biométricos o de voz porque no se pueden modificar a posteriori. "Una vez que le hemos dado la imagen de nuestra huella dactilar o de nuestra retina a alguien, no nos podemos echar atrás", especifica el director del máster, que plantea hacerlo solo a empresas en las que tengamos "una confianza absoluta". El profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación señala que hay proyectos abiertos en los que compartir datos puede "beneficiar a toda la comunidad" y pone como ejemplo el que recopila voces del mundo de Mozilla para formar parte de un repositorio. Pero también hay ocasiones en las que debemos rechazar su uso. "Reclamar esto es legítimo y es nuestra responsabilidad empezar a exigirlo como un derecho fundamental", concluye.