El efecto memoria intacta de los videojuegos retro

No pasa el tiempo por ellos... ni por los retrogamers

Hace un tiempo escribí una entrada dedicada a los nostálgicos de la tecnología obsoleta (o aparentemente obsoleta, ojo). Aunque centré el tema en el irreductible (como la aldea gala de Astérix) teletexto de televisión, también mostré más ejemplos, y mencioné la posibilidad de desarrollar otro en concreto: Los antiguos videojuegos de 8 bits. Como hay no pocos seguidores del Pulpo en las redes que son gamers, me parece justo cumplir lo prometido, y de paso contar mi experiencia personal.

Y es que hace un tiempo, trasteando por Internet, de repente me vi jugando con un emulador del que fue mi primer ordenador, el Amstrad CPC 6128. Las puertas de mi pasado se abrieron ante mí. Por un lado me vi emocionado y disfrutando de nuevo como un chaval. Por otro lado, pude descubrir un efecto inesperado de la memoria, que contradice la idea de la distorsión del paso del tiempo.

Muchas películas envejecen, o al “envejecer” nosotros nos decepcionan si llevábamos décadas sin verlas. Los lugares en los que estuvimos en la infancia no nos parecen los mismos, en la mayoría de los casos parece que han encogido. ¡Todo esto antes era campo! Por no hablar de las borracheras y sus resacas cuando ya no somos veinteañeros...

...Pero con los videojuegos antiguos parece que nada hubiera cambiado, al menos en mi caso: Más que pasar el tiempo y distorsionar el recuerdo, parece que la parte de mi mente que usaba para jugar a esos “Camelot Warriors”, o “Abu Simbel Profanation”, o “Phantomas II”, o “Game Over”, o “Army Moves”, o “Nonamed”, o “Dragon´s Layer”, o “Ghost´n Globins”, o “Commando”, o “Kick Off”, o “Enduro Racer”, etc, hubiera estado simplemente en modo “pause” todos estos años, y al volver a dar al “play” todo estuviera igual, como si hubiera dejado de jugar ayer mismo, en vez de 20 ó 25 años antes...

Los movimientos para pasar de pantalla, los truquitos ocultos, por dónde va a salir el bicho grandote del final, todo seguía estando ahí, guardado en un estante de mi cabeza... ¡Tantos años estudiando para luego olvidar casi todo, y fíjate con qué precisión funciona el “método gamer”! Y de la supuesta calidad obsoleta de los gráficos, en comparación con los actuales, nada de nada: Las imágenes eran las que tenían que ser, las mismas que recordaba, sin efecto vintage.

En definitiva, un poco de la mencionada (acertadamente o no) nostalgia de los retrogamers tal vez haya, pero en realidad la cosa es tan igual a lo que fue, que prácticamente desaparecen los años de ausencia intermedios, como si nada hubiera pasado de por medio. Nada que ver con volver a visionar fotos o videos caseros de uno mismo en aquella época (que por cierto es otra cosa cuyo encanto se ha echado a perder con los smartphones: Antes era un acontecimiento sentarse a ver las fotos recién reveladas, con varios viajes y eventos en un mismo carrete ¡de sólo 36 fotos!, y no te digo ya si se trataba de un video, con frases típicas como “esa no es mi voz...”).

Mucho se ha escrito sobre el, más que respetable, en mi opinión admirable, mundo de los retrogamers. No sólo aquellos que buscan los emuladores y sus juegos, o los que van un paso más allá y se hacen con los propios ordenadores y videoconsolas físicos de aquella época, sino también incluso los que se dedican, por puro amor al arte y por tanto sin retribución, a programar tanto nuevas versiones emuladas de los viejos juegos, como nuevos juegos basados en la vieja estética, para luego ponerlos a disposición de otros aficionados. Y como se ha escrito mucho, dejo de ejemplo este amplio e interesante artículo para que conste...

...y yo mientras me voy a echar una partidita, si me disculpáis... ¡Insert coin!

Post by Albert