Hoy no vamos a tratar sobre algo que no hayamos abordado antes, porque de hecho es el tema que define la idiosincrasia de este blog, representada por nuestra mascota El Pulpo en la nube, ese rebelde tecnófobo que critica la omnipresencia de la tecnología digital hasta en la sopa.
Y a pesar de esa falta de novedad en la temática, es relevante, porque resulta que nuestro querido octópodo ha encontrado un nuevo aliado para su causa; alguien que, además de muy conocido, no es presamente ajeno a las muchas polémicas que se viralizan habitualmente en redes sociales. Hablamos del escritor Arturo Pérez-Reverte.
El amigo molusco ha leído una publicación a través de internet (muy tecnófobo pero estás enganchado y el algoritmo sabe lo que te gusta, ¿eh pulpito?) en la que se explica, entre otras cosas, lo que el autor de algunas de las novelas españolas más leídas de las últimas décadas ha dicho en un podcast acerca de la tecnología actual. Reverte defiende que “para ser ciudadano español necesitas un smartphone” (nos parece que no es una necesidad exclusiva de nuestro país, pero bueno…), porque sin él es imposible viajar, cobrar o subir a un taxi (lo cual tampoco nos parece todavía estrictamente cierto al 100%, pero es verdad que cada vez vamos más camino de ello).
Reverte denuncia que “nos obligan a vivir de una manera cuya seguridad ni siquiera está garantizada”, poniendo ejemplos de personas conocidas suyas que han sufrido hackeos en el móvil. También critica lo difícil que las nuevas tecnologías se lo ponen a las personas mayores: “Mi madre sin mí no sabría sacar dinero del banco. Han cerrado todas las sucursales”. Por todo ello, el escrito no duda en calificar esta dependencia tecnológica impuesta como una forma de exclusión social.
Así mostrado, todo esto posiblemente le sonará a muchos tecnófilos y geeks de la informática (y a los muchos enemigos del escritor) como la típica pataleta de cuñado, y demás. Pero el Pulpo nunca se cansará de repetirlo: En una sociedad en la cual nadie se sintiera presionado para elegir con qué herramientas manejarse, esa libertad permitiría cierta dignidad para todos: Quien quiera tecnología que la disfrute, y que deje vivir a quien no. El problema está siempre en la obligatoriedad con la que ciertas cosas parecen imponerse sin pedir antes opinión a cada cual: “No amigo, o te conectas o estás fuera”. Si eso es lo que queremos, pulpos crearemos…
Con posibles ocasiones futuras similares a esta, a nuestra mascota le dan ganas de crear una sección que se llame “El Pulpo en la nube de la semana”. Quizá le demos una vuelta…