El seriéfilo tecnológico: Día Cero

Por muy ciberdelincuente que seas, si te busca Robert De Niro, ojito

Llevábamos tiempo sin tratar en esta sección del blog una serie con temática tecnológica en su argumento, y eso que así fue como empezamos estas reseñas, nada menos que con Black Mirror. Aprovechamos el relativamente reciente estreno de Día Cero para retomar la costumbre.

Como ya hemos comentado en algunas entradas anteriores, ya están más que normalizados los asuntos relacionados con las tecnologías de la información en las series y películas, no ya solo en el género de ciencia ficción, si no en las dramatizaciones más realistas y perfectamente imaginables en la actualidad. Esta serie es un ejemplo de ello, pues trata sobre algo que cada vez ocurre más a menudo, como son los ciberataques, independientemente de que la gravedad del aquí mostrado está un punto por delante de lo vivido hasta ahora en la realidad (aunque puede que no mucho).

Ya en el título se maneja un concepto relacionado con las amenazas a la ciberseguridad que lleva asentado desde hace más de diez años en el sector IT, como es el del Día Cero o Zero Day. Tal y como nos explicaron hace ya tiempo desde la compañía de ciberseguridad Check Point en este artículo, “Día cero es el tiempo que pasa entre que se lanza un software al mercado y su creador, o una empresa de seguridad, detecta un fallo en su seguridad. Durante este periodo, las empresas y usuarios que utilicen el programa están indefensos. Los ciberdelincuentes lo saben, y buscan brechas en el código para poder introducir malware en los dispositivos vulnerables antes de que se desarrolle una solución”.

En el caso de la sinopsis de esta serie, sin embargo, Día Cero no es más que el momento en el que es lanzado el ciberataque contra todos los sistemas informáticos de Estados Unidos, y a partir de ahí los días que se van contando en ascenso se refieren al tiempo durante el que se desarrolla la investigación para detener a los autores, a cargo de un comité liderado por el expresidente de los EEUU George Mullen, interpretado por Robert de Niro, que tan mayorcete y con gafas me recuerda ya a Spencer Tracy en sus últimos años (para la generación Z, diremos que es como el anciano protagonista de Up) ; bien es cierto que pende una espada de Damocles durante ese tiempo, que es la amenaza de un segundo ciberataque, lo que asemeja más la situación a lo descrito en el anterior párrafo. También, cuando se hace referencia específica en un diálogo al concepto de vulverabilidad zero – day, se alude a que normalmente solo afecta a un sistema operativo, mientras que en esta ocasión ha afectado a todos sin excepción.

A partir de ahí, se desarrolla una trama en la que la tecnología sigue presente y es clave, pero tras el punto de partida deja cabida a intrigas de tipo político como principal argumento. Esto describe la actual ficción post – Black Mirror, en la que la tecnología está imbricada en los argumentos como lo han podido estar siempre las armas en las películas de acción o los caballos y los trenes de vapor en las del oeste: Ya no es el reclamo como en la serie de Charlie Brooker, pero está más que presente. De hecho, a lo largo de la serie se mencionan constantemente (más en los primeros capítulos) conceptos familiares en este blog y en hayCANAL.com como  ransomware, hackers, servidores, granjas de datos, sistemas operativos, criptomonedas, análisis forense digital, reconocimiento facial (biometría), drones, rastreo de mensajería instantánea, emails y direcciones IP, etc.

 

Los tecnólogos siempre exigen que el gobierno no interfiera, mientras les conviene

George Mullen (Robert de Niro)

 

La anterior frase sintetiza cómo la serie también aborda habituales debates acerca de legislación, comercio, guerras de patentes, ética, etc. Tanto en relación a la tecnología como fuera de ella, acaba siendo una ficción más política que tecnológica, en cualquier caso interesante. Lo más relevante es el debate acerca de la actuación de un gobierno en un estado de lo que podría llamarse “ciberguerra”, y lo democráticamente aceptable o no en cuanto a los métodos a los que está dispuesto a recurrir el poder para librar la situación. Hay un momento de la serie en el que se ejecuta el cierre de toda actividad financiera, incluyendo los bancos, como medida preventiva ante ese posible segundo ciberataque.

Aunque las consecuencias de lo último son imaginables, la trama huye del sensacionalismo catastrofista, lo cual juego en parte a favor y en parte en contra de la serie. A favor, porque es más creíble, te la tomas más en serio que ciertas películas de ciencia ficción postapocalípticas que, por otro lado, ya están muy vistas (aunque el origen del apocalipsis no sea necesariamente informático), y eso hace que el resto del argumento tenga más interés. En contra, porque quizá no tiene tanta fuerza como la esperada, no llega a sobrecoger (desde luego, no tanto como, en su día, las mejores de aquellas películas postapocalípticas -ni de lejos-), y se queda uno con la sensación de que ha visto algo entretenido, interesante y de calidad, pero no muy memorable.

 

Nota del Pulpo: 6,75 / 10 (llevamos tantas reseñas que ya nos ponemos tiquismiquis para afinar, por comparación)