Vuelve el cinéfilo tecnológico: Jobs (2013)

Primer biopic sobre Steve Jobs

Nuestro querido Pulpo llevaba mucho tiempo dejando de lado su afición a las reseñas de películas o series relacionadas con las nuevas tecnologías. Ha decidido retomar esa sana costumbre, que además es idónea para crear contenido para su blog del sector IT.

Su regreso a su vertiente crítico – cinéfila tiene lugar con una de las películas que, hace ya unos cuantos años, se hicieron sobre el fundador y gurú del gigante de la informática Apple. En este caso, nuestro molusco ha visto y analizado “Jobs”, el film dirigido por Joshua Michael Stern y protagonizado por Ashton Kutcher en el papel de Steve Jobs. Más adelante puede que se anime con alguna de las otras películas que cuentan la misma historia.

“Jobs” trata sobre la creación y desarrollo del proyecto profesional de Steve Jobs, desde sus tiempos “universitarios” en los que evitaba ser universitario (de ahí las comillas) pero se pasaba por allí para mostrar su rechazo al sistema educativo porque, como sistema que era (o es) impide el cambio que él buscaba. Tras su trabajo iniciático en Atari a mediados de los años 70 del siglo pasado, tuvo la visión que serviría de semilla para todo lo posterior: Había que poner la informática en manos del usuario doméstico, a través de lo que sería el ordenador personal.

El los primeros años de trabajo en el mítico (y muy mitificado) garaje de su casa familiar, junto a compañeros como Steve Wozniak, vienen los momentos de la película más puramente tecnológicos: La necesidad de vender un producto novedoso a la gente de a pie requería de la idea de compacidad, es decir, que los componentes como la placa base y los accesorios como el teclado y la pantalla se integraran lo mejor posible. Al mismo tiempo, convenía una alimentación energética superior a la existente previamente, pero que hiciera el menor ruido posible, y que cupiese en una carcasa manejable a nivel doméstico. En estas escenas, por cierto, se pueden ver cables y conexiones que, no es que el Pulpo sepa mucho al respecto, pero a él se le parecen mucho a las de este siglo XXI, así que agradecería a algún informático de hace más de 40 años que aclarase si los de atrezzo de la película no se lo curraron suficientemente.

Más adelante, con Apple funcionando ya a toda máquina, Jobs cambiaría su interés desde el hardware hacia el software, y se centraría en el desarrollo del sistema operativo Macintosh. En este punto, dejaría de contar con la confianza de los inversores y de la junta directiva, ya que el interés de todos ellos seguía siendo vender en el mercado del PC, y consideraron que el coste de desarrollar ese sistema no fructificaría lo suficientemente pronto como para que el símbolo del dólar se dibujase en sus ambiciosos ojos. La película termina contando el regreso de Jobs a Apple en los 90, lo que intenta enlazar de alguna manera (o tal vez no lo intente, no está claro) con la escena inicial de la presentación del iPod en 2001.

El Pulpo no va a pedir disculpas por haber hecho una sinopsis tan incompleta e inconexa, ya que siente que eso mismo refleja el mayor problema de la película: Una narrativa errática, que va dando saltos (ya lo sugerimos en el último paréntesis del párrafo anterior). Tampoco le queda claro si pretende ensalzar más el genio y la energía “empoderadora” de Steve Jobs o su lado más oscuro, egoísta y despectivo, o simplemente ser neutral. Lo que seguro que no le convence es el mensaje complaciente y emocionante, para fans de Apple, sobre mensajitos superficiales de mindfulness o de coaching tipo “lo que importa del producto es el corazón”, no porque no crea en ellos (como de hecho no los cree), sino porque la película los transmite de forma tan publicitaria pero poco artística o cinematográfica que probablemente no convence ni a los mencionados fans de Apple.

Dicho todo lo cual, la película podrá ser floja pero no es mala. Tiene una interpretación bastante más que decente por parte de Kutcher en el papel de Jobs, es lo suficientemente entretenida e interesante como resumen de hitos de Apple, y sobre todo tiene una parte central en la que los conflictos empresariales tienen cierta intensidad dramática, con unos diálogos que por fin funcionan, dejando de lado los clichés de los biopics que caracterizan con pereza el resto del metraje, así que al menos en esa parte se salva. Independientemente de la veracidad de los hechos, que esa ya el Pulpo se la deja a los expertos en la historia de Apple.

 

Nota del Pulpo: 6 / 10