Hace mucho tiempo que el concepto de eficiencia energética aparece de manera habitual en muchos artículos relacionados con las nuevas tecnologías y la transformación digital. Hoy mismo, sin ir más lejos, hemos publicado uno en hayCANAL.com.
Es evidente que los requerimientos de energía de grandes infraestructuras informáticas como por ejemplo los centros de datos son muy elevados, y la suma de todos ellos se incrementa, como es obvio, cuantos más se construyen, respondiendo a una demanda cada vez mayor de compañías y ciudadanos de todo el mundo.
En paralelo, se defiende que muchas de las nuevas herramientas tecnológicas tienen el potencial de hacer que los requerimientos de la sociedad sean menos perjudiciales para el medio ambiente. En base a esta premisa, muchas compañías han empezado a apostar por la idea de avanzar conjuntamente a través de una doble transición, digital y verde.
A partir de aquí, es inevitable el debate: ¿Realmente pueden ser compatibles ambas transiciones, si acabamos de decir que cuanta más tecnología usamos, más consumo energético es requerido? Por otro lado, e independientemente de que tal ecuación que posiblemente haría temblar al mismísimo Schrödinger sea o no resoluble, ¿a ciertas empresas les preocupa realmente solucionar el problema o más bien mejorar su imagen sumándose a la “moda ecológica”?
Sobre disquisiciones de este tipo trata un estudio reciente de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), algunas de cuyas conclusiones pasamos a mostrar. La idea general es que, según esta investigación, esa supuesta doble transición verde y digital podría estar siendo en realidad selectiva, tal vez resolviendo algunos problemas concretos de sostenibilidad, pero olvidando el balance general del conjunto de problemas medioambientales que amenazan al planeta y a la humanidad. No sé si la metáfora será justa o no, pero podría ser como barrer la suciedad debajo de una alfombra, quizás.
La investigadora Zora Kovacic, que ha trabajado en dicho estudio, se refiere a que la sostenibilidad que preocupa al mercado digital es solamente "la sostenibilidad del nuevo sector digital", lo cual es muy limitado. Mientras tanto, "Importantes retos medioambientales como la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo, los cambios en los ciclos geoquímicos y el agotamiento y contaminación del agua, por nombrar solo algunos, se están dejando de lado porque no son retos digitales", explica la investigadora.
Siempre hay una parte controvertida en el debate medioambiental, por aquello de asociarse a diferentes ideologías políticas (no hay manera de evitar la polarización ni en esto), y es lo que viene a continuación. Las voces que defienden que la solución a la crisis climática y demás retos ecológicos pasa por aceptar las limitaciones del planeta y sus recursos, y que inevitablemente chocan con la filosofía del crecimiento ilimitado, no ven con buenos ojos esa imagen que sugeríamos al principio de un mundo cada vez más repleto de más y más data centers. En este punto, el estudio de la UOC afirma que “La transición digital (…) está impulsada por una lógica de posibilidades ilimitadas donde cualquier problema puede ser resuelto si la inventiva humana lo permite”.
En definitiva, al final cada sector y cada gremio defiende lo suyo porque le interesa; Luego puede haber buenas intenciones o no. Pero lo que parece cada vez más claro es que, en lo que se refiere al planeta en el que vivimos, últimamente resulta difícil negar que nos estamos dejando la casa sin barrer, puede que desde hace ya demasiado tiempo, y la alfombra cada vez lo disimula peor.