Si sois fans del mundo del gaming y los deportes electrónicos, y por lo tanto venís indignados de la parte de abajo de este post, en la que el Pulpo le ha puesto esa floja nota a esta película, debéis ser comprensivos con nuestra mascota octópoda, que pocas veces ha hecho tanto honor al título de este blog suyo. Digamos que ponerse a valorar este documental ha sido para él meterse en camisa de once varas.
Nuestro molusco proviene de la época de los videojuegos de 8 bits, de las cintas de casete que en los 80 tardaban cinco minutos en cargar juegos para Spectrum con menos kb que una imagen JPG actual. Curiosamente, la última época de sus tiempos de jugón la vivió con Half-Life, el videojuego que hace más de 25 años lanzó Valve, la compañía creadora del juego Dota 2, eje de acción de la competición de e-sports sobre la que trata este documental.
Por lo tanto, para nuestro cefalópodo, una historia basada en el mundo de los deportes electrónicos es un metaverso poco asequible a su entendimiento. No deja de tener su ironía que, en sus tiempos ochenteros y noventeros, el Pulpo fantaseara con la idea de estar compitiendo con otros, incluso profesionalmente, cada vez que jugaba con algún juego de ordenador. Pero que ahora eso sea algo que ocurre realmente le peta la cabeza.
Nuestra mascota ha pasado de ser criticado por sus padres por dedicar tanto tiempo a jugar con el ordenador, a entender mejor a los padres que en este documental piden a sus hijos que no le echen tantas horas a los videojuegos… ironías de la vida… Lo curioso es ver cómo esta película pone de relieve las dificultades para salir adelante que tienen quienes quieren vivir profesionalmente de jugar a videojuegos, un poco como cuando se habla de artistas y demás. Y ojo que la película es ya de hace 10 años, y por lo tanto es de suponer que la cosa habrá evolucionado (a más y mejor) para los e-sports; en el documental se insiste en que esto es el futuro, a 10 ó 15 años vista, es decir prácticamente ya.
Al respecto de lo anterior, buscando en la Wikipedia nos enteramos de que en 2013 unos 71,5 millones de personas veían competiciones de e-sports en todo el mundo, y que en 2015 el mercado global de los deportes electrónicos generó ingresos de 325 millones de dólares. Saltando a 2022, los e-sports generaron ganancias globales de más de 184.000 millones de dólares, con un público de 3.200 millones. Vamos, que efectivamente la cosa ha ido para arriba, multiplicándose por muchísimo.
Y el Pulpo dice, vale, OK, sois la bomba y todo eso, pero yo estoy fuerísima, y lo que espero de un documental es que no vaya aparentemente dirigido solo a fans de ese mundo gamer, para más inri con autobombo de la propia competición de Valve y su adoradísimo Dota 2. Por ejemplo, si os tomáis apenas 3 minutos explicando la dinámica completa de ese juego, sin dar por hecho que ya todos saben de lo que va, puede que cada una de las muchas escenas de la película con acciones de dicho juego adquieran más valor para el neófito. O por otro lado, dar más claves sobre la técnica y estrategia de los jugadores y equipos, más detalles como ese en el que nos explican cómo la habilidad al teclado del jugador ucraniano tiene algo que ver con su pasado aprendiendo a tocar el piano. Eso es algo que por cierto al Pulpo le conecta con su pasado de jugón porque, al margen de manejar ocho tentáculos, él también recuerda cómo llegó a dominar las teclas O – P – Q – A con los juegos de Dynamic y demás…
Por el contrario, el Pulpo se ve ante un documental que podrá estar bien hecho y narrado, pero con el que conecta cero la mayor parte del tiempo, y sólo a veces le causa cierto interés por el lado humano que hay detrás. De tal manera que, cuando uno dice que trata de disfrutar con lo que hace en la vida, como persiguen los tres gamers protagonistas de la película, y el Pulpo se plantea dedicar su primer día de trabajo de 2024 a escribir esta entrada sobre algo que le haga sentir satisfecho de dedicarse a algo que le haga disfrutar, nuestra mascota percibe sin embargo el siguiente bajón progresivo: Disfrutaba jugando a los videojuegos de 8 bits hace más de 30 años, empieza a no verle la gracia a ver a otros jugando a videojuegos, ya no le ve ninguna gracia a ver este documental sobre videojuegos, y finalmente escribe un post desahogando su desazón en estas líneas…
…Lo cual nos lleva a una última conclusión sobre esa mencionada idea que se cita en la película, sobre el mensaje de Mr. Wonderful de perseguir en la vida lo que te gusta, y tal: Pues bueno, si eres capaz, adelante, hay mucho con lo que disfrutar, pero, no nos engañemos: Hay muchos trabajos, que hacerse se tienen que hacer (y por mucha gente), y que por mucho que os empeñéis, no satisfacen a nadie, más allá de aquello de dar de comer (que no es poco).
…No era mi intención acabar con esta bajona… No sé, igual la inteligencia artificial lo acaba arreglando en el futuro… ¡já!
Nota del Pulpo: 5 / 10