Hace apenas un par de semanas publicábamos una entrada sobre la satisfacción generalizada de la gente ante la mejora de la calidad de la vida que, según una encuesta, han aportado las nuevas tecnologías. Sin obviar el hecho de que el estudio lo publicó un ecommerce de tecnología (muy desinteresado no sería), al Pulpo se lo quedó cara de traidor en su prestigiosa trayectoria tecnófoba.
Hoy nuestra mascota se va a desquitar. Porque claro, a todo el mundo le entretiene mucho lo de estar a todas con el smartphone dale que te pego, y es maravillosos todo lo que se puede hacer con él, y ya no podemos vivir sin ello, y tal. Pero luego la gente se hace mayor, tiene niños, los churumbeles crecen, y cuando ya tienen su teléfono móvil, empiezan a llegar los problemas y los desasosiegos. Y cuando se os toca la fibra sensible de los hijos, la tecnología ya no mola tanto y empieza a preocupar. Bienvenidos a la tecnofobia, amigos.
Ya no hablamos de la primera era de las reticencias a la tecnología, cuando empezó a popularizarse hace años. Hablamos de la que están experimentando muchos de los que en aquella primera oleada se mostraban como firmes defensores de lo digital, frente a los ruidosos y nostálgicos detractores que le tienen miedo a todo lo nuevo. Ahora las convicciones de los primeros geeks del siglo XXI se tambalean, en cuanto lo emocional aflora.
Siendo justos, no es que los padres superados por la preocupación se hayan pasado a odiar la tecnología sin más o en general, sino que consideran que los adolescentes no deberían tener móvil antes de los 16 años. Tanto es así que muchos de ellos se han organizado y hasta han creado una petición de firmas en Change.org solicitando que una ley obligue a que se cumpla dicho planteamiento.
Por supuesto, no va a ser El Pulpo quien se oponga a esta nueva ola de reticencias a la tecnología (aunque le habría gustado que le hubieran hecho caso hace mucho). Y es que no les falta razón a los padres para tener tales preocupaciones: Todos hemos visto noticias acerca de ciberacoso a menores, violencia online, bulling, y más que probables conexiones causales entre el fácil acceso a la pornografía en redes y acosos y violaciones a edades sorprendentemente tempranas.
Toda esta situación tiene una perspectiva relacionada con el mundo de la ciberseguridad, desde el cual se pueden aportar soluciones, y de eso va el artículo que os ofrecemos hoy:
El 41% de los padres españoles teme que sus hijos sean víctimas de violencia en Internet
Actualmente, las amenazas que acechan en el mundo virtual no solo tienen como objetivo a empresas o adultos, sino también a niños. Tanto es así que el 41% de los padres españoles teme que sus hijos puedan ser víctimas de violencia o abusos en Internet. Así lo pone de manifiesto el informe ‘Estar en línea: niños y padres en Internet’, que incluye los datos de una encuesta realizada por Kaspersky entre más de mil padres y madres en España.
El acceso a Internet y la creciente participación en redes sociales ha expuesto a los menores a diversas ciberamenazas que tienen un impacto en su bienestar emocional y mental. Por este motivo, es importante que los padres estén al tanto de las actividades que realizan sus hijos en la red ya que, según el estudio sobre ‘Acoso escolar y ciberacoso en España en la infancia y en la adolescencia’, realizado por la Universidad Complutense de Madrid y Fundación ColaCao, 1 de cada 10 alumnos (10,7%) que accede a Internet sin la presencia de adultos ha sufrido alguna situación de victimización a través de dispositivos digitales, dos o tres veces al mes o con más frecuencia.
En este sentido, los expertos de Kaspersky recuerdan que, muchas veces, los menores no son capaces de diferenciar cuándo se encuentran ante una situación de peligro en Internet. Por ello, la empresa de ciberseguridad comparte cuáles son las principales ciberamenazas a las que se enfrentan los niños, ordenadas de mayor a menor en función de si los padres conocen o no esos términos:
1. Ciberbullying (86,5%). Es el término más conocido por los padres encuestados por Kaspersky. Consiste en el acoso perpetrado a través de Internet, ya sea con mensajes enviados a la víctima o con vídeos o fotos que atentan contra su integridad y que son compartidos entre varias personas. Para evitar este tipo de situaciones, es importante educar a los menores en un uso respetuoso de la red, así como explicar a los niños la importancia de pedir ayuda a un adulto en caso de que esté siendo víctima de ciberbullying. En este sentido, la encuesta realizada por Kaspersky revela que solo 3 de cada 10 hogares (30%) tienen como regla que el menor avise al adulto en caso de que una situación que tenga lugar en Internet le haga sentir incómodo o asustado.
2. Phishing (73%). De acuerdo con otro estudio previo realizado por Kaspersky, el 10% de los menores españoles ha sido víctima de phishing en el último año. Los mensajes de phishing suelen adoptar la forma de notificaciones de bancos y otras organizaciones y el objetivo de los cibercriminales es hacerse con contraseñas o números de tarjeta de crédito, entre otros datos confidenciales. En el caso de los niños, el gancho del fraude suele estar relacionado con cuestiones que generan interés entre los más pequeños, como juegos online como Roblox o Minecraft.
3. Malware (71%). El malware es un tipo de software que está diseñado para provocar daños en los equipos y sistemas informáticos. Es habitual que se instale en el dispositivo de la víctima a través de ataques de phishing, escondidos en archivos maliciosos que pueden llegar adjuntos en un correo electrónico, a través de un link fraudulento o al descargar alguna aplicación o juego. Los menores son más susceptibles de descargarlo, ya que para ellos es más difícil diferenciar cuándo se encuentran ante una web o enlace fraudulento.
4. Grooming (18%). Solo un 18% de los padres encuestados por Kaspersky sabe lo que significa este término. Se denomina grooming a aquella acción en la que un adulto inicia una comunicación online con un menor con el objetivo de ganar su confianza y establecer una relación emocional. Durante el último año, los medios de comunicación se han hecho eco de diversos casos de grooming que han tenido lugar en España. Es una situación que genera gran angustia en la víctima y que puede acarrear problemas de salud mental como depresión o ansiedad. De hecho, según los últimos datos del Ministerio del Interior, en 2022 se presentaron 954 denuncias por delitos sexuales cibernéticos que tenían como víctima a un niño, niña o adolescente. Las denuncias que tienen como víctima a la infancia y adolescencia representan el 84% del total de este tipo de delitos.
5. Happy slapping (10%). Apenas un 10% de los padres en España saben que se trata de un modo de ciberbullying a través del cual los agresores publican y comparten imágenes de la víctima siendo golpeada con el fin de agravar el daño realizado. Cabe recordar que el Código Penal español contempla penas para quienes difundan vídeos que menoscaben la dignidad de las personas que aparezcan en el mismo, como en casos de bulliyng.
“Los menores se enfrentan a una serie de amenazas en Internet que afectan tanto a su seguridad como a su bienestar. Por ello, desde Kaspersky recordamos la importancia de una educación continua en ciberseguridad, tanto en casa como en los colegios. Todos deben trabajar juntos para garantizar que los niños comprendan los riesgos existentes y las medidas que pueden llevar a cabo en caso de sufrir alguna de estas ciberamenazas”, explica Marc Rivero, Lead Security Researcher de Kaspersky.