El programador no tiene por qué ser un friqui

Pero vamos, que si lo quiere ser, no vamos a ser los pulpos quienes se lo impidamos…

Hace pocos meses hablamos por aquí de los estereotipos de los programadores informáticos que se suelen explotar en las películas y series. Esos pueden llegar a irritar a algún que otro miembro de ese gremio, pero al menos hay veces en que tienen cierto glamour cinematográfico. Los mitos sobre desarrolladores de software en la vida real tiran más por el lado de los bichos raros.

¿Quién no ha visto el habitual meme del gordo con acné con el que se suele ilustrar la idea del friqui de la tecnología que no sale de su cuarto? Al margen del humor con que se lo tome cada uno, parece mentira, pero este tipo de etiquetas han hecho más daño del que parece desde hace mucho tiempo, no ya a los profesionales TI, sino a la capacidad del sector para reclutar nuevo talento, especialmente femenino, al no querer pasar muchos jóvenes por antisociales, como si eso fuese una condición inevitable para dedicarse a la informática.

Ya sabéis que en este blog nos gusta ser graciosetes, y entendemos que incluso con esto se puede ser, si se hace con ironía (ya lo hemos probado, de hecho), precisamente para desmitificar, pero por un lado llega un punto en que está muy visto, y por otro no todo el mundo entiende el sarcasmo, dando como resultado adoración sincera a personajes como Torrente o como Antonio Recio de La que se avecina. Así pues, esta vez tiraremos por el camino de la seriedad (no os preocupéis, tampoco vamos a montar un drama).

Por otra parte, no deja de ser cierto que los informáticos también tienen su propio humor interno para burlarse de la ignorancia de los que estamos como pulpos en la nube. En definitiva, que al final se produce una situación de troleo recíproco que podría sintetizarse en la siguiente tira cómica:

friquis

Como parece que al final no podemos contenernos y queda patente que sucumbimos al chascarrillo, vamos a detener nuestra deriva para dar paso a la información seria, a través del artículo que os brindamos a continuación, y que rompe los mitos antes aludidos.

 

Derribando mitos sobre la programación: ¡la tecnología no te vuelve antisocial!

El mercado exige cada vez más una mayor cantidad de puestos en el campo de STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), ya que, según la UNESCO, para 2050 el 75% de los empleos requerirán especialistas en estas áreas. Y sin duda, una de las principales profesiones para cubrir esta demanda es la de la programación.

De acuerdo con María Vélez, CEO y cofundadora de Crack the Code, edtech especializada en programación que empodera niñas, niños y jóvenes, "Los pequeños de hoy formarán una parte importante en la transformación digital y la creación de nuevos empleos en el sector tecnológico. También se convertirán en el pilar para el desarrollo económico del país en el futuro, por lo que acercarlos al mundo digital mediante el aprendizaje de coding nunca había sido tan necesario como ahora. Sin duda, programar provee habilidades que serán claves en el desarrollo de la vida adulta laboral, y adquirirlas desde la infancia les permitirá estimular su creatividad, fomentar su pensamiento crítico y optimizar su capacidad de resolución de problemas".

Aunque la programación está llena de beneficios para los pequeños, aún existen ciertos prejuicios sobre su aprendizaje que impiden motivar a más personas a interesarse en esta profesión. Por ello, los expertos de Crack The Code desmienten 5 mitos sobre la programación que los padres y las escuelas deben dejar de lado:

•    Aprender programación es aburrido: Al igual que la tecnología, la educación también evoluciona y las formas de aprendizaje se vuelven más dinámicas, creativas y divertidas. A través de la programación, los niños pueden aprender a través de comandos visuales aplicados a videojuegos muy populares como Minecraft o Roblox.

•    Las personas que desarrollan software se vuelven antisociales: Se ha demostrado que muchos trabajos se pueden realizar de manera remota, pero esto no significa que se esté aislado del mundo; al contrario, la tecnología brinda muchas facilidades de comunicación, incluso con más personas que las que conoceríamos en un lugar presencial. Sin duda, se necesita de otros para crear proyectos más exitosos y con mayor alcance. Las grandes aplicaciones y juegos de nuestra época no fueron creadas por una sola persona, sino por equipos de trabajo que sumaron su creatividad y conocimientos.

•    Se necesita ser un experto en matemáticas para programar código: Este mito se ve alimentado por la imagen que se tiene sobre la programación, en donde todo lo que se ve son números. Sin embargo, para aprender coding desde la infancia solo se necesita un conocimiento matemático básico y un pensamiento lógico que se va adquiriendo en el trayecto, mientras va aumentando la experiencia. "Las niñas y niños que estudian programación en Crack The Code han demostrado que aprenden a ser más críticos, lógicos y analíticos, lo que hace que las matemáticas en la escuela se les faciliten y las aprendan de manera más fácil", destacó María Vélez.

•    No existen trabajos para los programadores: Quizá en una era no digital, o si no se hubiera inventado el internet este mito podría ser verdadero, pero en un mundo lleno de avances tecnológicos progresivos, la oferta para profesionales de la programación es muy alta. De acuerdo con el Banco Mundial, para 2025 en América Latina se generarán 10 millones de nuevos empleos en el sector tecnológico, y la mitad de esas vacantes está dentro del mercado mexicano. En nuestra región, la programación va a ser una profesión de altísima demanda que generará grandes oportunidades para nuestros hijos e hijas.

•    Desarrollar software es exclusivo para hombres: Existe una innegable brecha digital de género en Latinoamérica, ya que existen prejuicios sobre las profesiones que deberían estudiar hombres o mujeres. Sin embargo, tenemos grandes historias de éxito como la de Ada Lovelace, la primera programadora en la historia de la programación. Es cierto que, por algunos prejuicios profesionales, las mujeres muestran un menor interés en aprender, pero en escuelas como Crack The Code venimos trabajando para impulsar el talento digital tanto en hombres como en mujeres a muy temprana edad.

El futuro es inevitablemente tecnológico y cada vez se requerirá de más programadores con las habilidades que exige el mercado actual. Ante esta realidad, un entrenamiento desde temprana edad puede brindar una ventaja significativa a nuestros niños para poder tener mejores oportunidades en el ámbito laboral y construir grandes historias de éxito.