Ni chuletas ni pastillas para la memoria: Lo que hace falta para sacar buenas notas es el Big Data

Analítica informática para profesores y estudiantes

Ha llegado el momento de revolucionar la calidad de los sistemas educativos. La tecnología lo ha cambiado todo, y muchos abogan porque también cambie los procesos estudiantiles. Y uno de los campos que más adecuados parecen de cara a ese objetivo es el del Big Data.

Pero no nos estamos refiriendo, queridos y agobiados estudiantes, o estimados padres desesperados, a que las cosas que hay que empollar sean tantas que, aunque el saber no ocupe lugar, resulten tan sufridas de memorizar, que también. Hablamos de cómo los asimismo presionados y estoicos profesores puedan analizar cómo lo llevan todos y cada uno de sus muy numerosos alumnos, y así saber mejor cómo mejorar sus resultados.

Y es aquí donde encuentra acomodo la función del Big Data, ya que, como debe saber todo interesado en la informática (que es lo que se espera de alguien que se ha pasado a mirar este blog), dicho término tan cacareado desde hace unos cuantos años se refiere a los datos que son tan grandes, rápidos o complejos que es difícil o imposible procesarlos con métodos tradicionales.

Viene todo esto a colación porque recientemente se ha comprobado que mediante la aplicación de procesos de Big Data se han conseguido mejorar sensiblemente los resultados de estudiantes, tal y como refleja el artículo con el que os vamos a dejar a continuación. Por lo tanto, amigos estudiantes, olvidaros de chuletas, porque en ellas ya no van a caber toda la cantidad de datos que admite el Big Data y que marcarán vuestro futuro académico… Salvo que inventéis las metachuletas del metaverso, tal vez…

(Advertencia): No esperéis que el Pulpo examinador sea capaz de adaptarse a esas modernidades…

 

El big data reduce el abandono y mejora las notas de los universitarios

El profesor e investigador del grupo Edul@b la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Juan Pedro Cerro, ha demostrado la eficacia de los macrodatos (big data) aplicados a la educación, las denominadas analíticas de aprendizaje, para mejorar la docencia y los resultados académicos de los estudiantes universitarios.

Cerro, ingeniero informático, desarrolló en el transcurso de su tesis doctoral en e-learning, la aplicación DIANA —acrónimo de DIalogue ANAlysis—, que analiza la interacción comunicativa en los espacios de mensajería de la UOC, accede a los mensajes que los estudiantes se han intercambiado y calcula una serie de indicadores y métricas que son reportados al docente, respetando siempre la privacidad de los estudiantes y cumpliendo con lo establecido en la Ley General de Protección de Datos.

La aplicación se testó durante un año y medio en una asignatura compartida por todos los grados de la UOC. Las 40 aulas en las que se había usado registraron un descenso del 6 % en el índice de abandono. También se incrementó casi un punto la calificación media de los estudiantes y se redujo la dispersión de esas mismas calificaciones. "El nivel del grupo fue más homogéneo porque el docente estaba mucho más informado de lo que ocurría en las aulas, podía actuar ante determinadas situaciones y corregir el rumbo de algunos estudiantes", apunta Cerro. El 90 % de los estudiantes valoró muy positivamente la aplicación de DIANA. El centro de innovación en educación de la universidad, el eLearning Innovation Center (eLinC), ayudó a implementar la herramienta en las aulas piloto, con más de 2.300 estudiantes.

Metadatos que guían la docencia

DIANA analiza los metadatos que contienen los mensajes que intercambian los estudiantes en el aula virtual. En total, calcula cerca de 30 métricas. "Algunas de ellas son muy evidentes, como la cantidad de palabras de promedio que envían los estudiantes en sus mensajes, o la cantidad de mensajes y respuestas que se publican. Pero hay otras más complejas, como comparar las palabras que se utilizan en la comunicación con un pequeño tesauro que define el docente para saber si la conversación se centra en los ejes temáticos de la actividad o si, por el contrario, se ha dispersado", explica Cerro.

La aplicación ofrece dos tipos de información. La primera es individual, sobre cada uno de los estudiantes, con aspectos como la forma en la que se disemina su participación a lo largo del tiempo para detectar si, por ejemplo, el estudiante se involucra mucho al principio y luego desconecta, o viceversa. El segundo tipo de información es de grupo, de manera que en la pantalla de DIANA se muestra cómo los estudiantes se organizan, utilizando métricas como la cantidad de mensajes enviados por semana, la franja horaria más utilizada, la nube de palabras aparecidas en la conversación o, incluso, el grado de adecuación del discurso al campo semántico definido por el docente a través de ciertas palabras clave.

La herramienta, además, permite fijar una serie de alertas para advertir al docente cuando la conversación se dispersa demasiado o si un estudiante está mucho tiempo inactivo. Todo ello, con un objetivo claro: mejorar los resultados académicos y demostrar hasta qué punto son eficaces las analíticas del aprendizaje, una disciplina que en ocasiones ha sido cuestionada por determinados autores, a quienes preocupa la idea de que el papel del docente se reduzca al de un mero recolector de datos.

Esta investigación interdisciplinar de la UOC, entre la pedagogía y la tecnología, demuestra lo contrario: como las analíticas de aprendizaje facilitan al docente el trabajo de seguimiento y evaluación, y ello emerge de la propia experiencia de Cerro como profesor. "Cuando un docente tiene un número elevado de estudiantes y la actividad de aprendizaje se desarrolla en línea de manera colaborativa, se producen determinadas mecánicas que dificultan la evaluación de cada estudiante de forma individual", explica.

DIANA figura en el Registro de la Propiedad Intelectual de Cataluña en todas sus versiones y la idea es ofrecerla en modo de conocimiento abierto, con una licencia GPL 3.0. De hecho, la aplicación ya está disponible en abierto y en la tesis de Cerro aparece el enlace que permite descargar el código fuente para implementarlo en cualquier institución. "Siempre hemos pensado en la posibilidad de colaborar con quien quiera ampliar el horizonte de la herramienta", asegura su autor.