A mí no me hackean…

…Hasta que te hackean

Más chulos que un ocho. Eso es lo que aparentan ser los millennials cuando dicen que no hay de qué preocuparse, que a ellos no les van a hackear. Sin embargo, cuando explican la razón, descubrimos que es todo lo contrario: se pasan de humildes.

¿Y cuál es esa razón, pues? Sencillamente, que se consideran demasiado aburridos como para que su vida privada, reflejada en Internet, pueda interesar a nadie. Aunque, visto de otra manera, esto lleva a otra posible interpretación, de nuevo orgullosa, plasmada en la típica frase de “yo no tengo nada que ocultar”.

Pero una cosa es que lo que reflejamos en Internet parezca poco jugoso desde el punto de vista lucrativo o de lo que nos podrían “robar”, y otra muy distinta que podamos estar dejando pistas, imperceptibles para nosotros, que indirectamente puedan llevar a que nos hackeen. O que llegue un momento que no percibamos la cada vez más difusa línea entre lo digital y lo físico.

Sobre los riesgos de las llamadas “zonas de confort digital” trata el artículo con el que os dejamos a continuación. Que tampoco es que pretendamos que paséis de la despreocupación al miedo, que conste. Pero que tengáis más cuidado tampoco es malo, por si las moscas…

 

¿Demasiado aburrido para ser hackeado? Así se ve el 41% de los millennials españoles

La seguridad online destaca como el factor más importante para los millennials españoles a la hora de buscar su 'Zona de Confort Digital' en el hogar, a pesar de que el 41% de ellos se considera demasiado aburrido para ser víctima del cibercrimen, según revela un nuevo estudio de Kaspersky.

El último informe de Kaspersky, More Connected Than Ever Before: How We Build Our Digital Comfort Zones explora cómo estamos cambiando nuestros hábitos para sentirnos cómodos con el papel que desempeña la tecnología en nuestras vidas. Y aunque un tercio de la generación de los millennials (31%) reconoce la necesidad de hacer más para reforzar su seguridad digital, el hecho es que en su día a día lo relegan al último lugar.

La "nueva normalidad" ha obligado a muchos millennials españoles a trabajar desde casa, reconvertida ahora en su centro tecnológico. Esto ha llevado a incrementar en casi una hora y media (1,46 horas) el tiempo que pasan online cada día, en comparación con primeros de año, lo que eleva su promedio diario a 7 horas y media. Este incremento del tiempo online ha hecho que casi la mitad (47%) sean más conscientes de la importancia de su seguridad digital.

En cuanto a las medidas que toman para mantener segura su vida digital, el 48% de los millennials españoles encuestados asegura que sólo descargan aplicaciones de las tiendas oficiales como Apple Store y Google Play, y el mismo porcentaje dice realizar regularmente análisis antivirus en sus dispositivos para protegerse. Sin embargo, un 13% reconoce haber utilizado en el pasado la red Wi-Fi de sus vecinos sin que estos lo supieran.

"El año 2020 ha sido decisivo para el hogar digital. Muchos de nosotros hemos estado confinados, por lo que la interacción y dependencia de la tecnología ha aumentado en gran medida. Por ello, hemos querido realizar un estudio que revelara cuánto ha impactado este año en nuestras acciones y nuestros sentimientos respecto a nuestra vida digital; cuáles son nuestras "zonas de confort digital", y qué significan para nosotros en el momento actual. No es una sorpresa que los millennials, que marcarán cómo será el uso de la tecnología por parte de la sociedad en los próximos años, estén poniendo más énfasis en la seguridad digital, en particular a medida que se difumina la línea entre el trabajo y el hogar. Protegerse de las amenazas digitales puede ser sencillo, y esto nos ayuda a entender mejor cómo podemos ayudar a optimizar la seguridad dentro de las "zonas de confort digital" individuales”, comenta Andrew Winton, Vicepresidente de Marketing de Kaspersky.

"El estilo de vida de los millennials, reconocidos como verdaderos nativos digitales, conlleva desafíos a la hora de encontrar su 'zona de confort digital'. Así, por ejemplo, el hecho de que muchos de ellos compartan piso puede generar que se sientan digitalmente inseguros debido a la actividad de sus compañeros en la red. Por eso, es importante hablar y comunicarse abiertamente con los compañeros de piso sobre las preocupaciones: acordar compartir el coste de los programas de seguridad, establecer normas explícitas para el uso de cualquier dispositivo común y conocerse mejor pueden ayudar a ello", señala la Doctora en Psicología Berta Aznar Martínez, de la Universidad Ramon Llull de Barcelona.