La eterna picaresca: Da igual en qué siglo vivas, nunca va a faltar a tu alrededor, o incluso (confiésalo) por tu parte. Las técnicas cambiarán, pero la esencia será siempre la misma. Como dijo el también eterno Luis Aragonés, aquí hasta el más tonto sabe hacer relojes.
Pues eso, que estamos en la era digital, la cosa esa que ha ocurrido de no sé qué bicho nos ha dejado teletrabajando en casa, pero por muy bonito que suene, no nos podemos escaquear de las reuniones en versión videoconferencia… ¿o sí? Pues resulta que sí: En la propia tecnología está la solución.
Así es amigos: Quien más quien menos ha usado la milonga de si su conexión a Internet es una basura y no para de cortarse, de si no sabe configurar el sonido o el micrófono de su equipo (esta no cuela: los técnicos de informática te lo arreglan usando aplicaciones de escritorio remoto), o bien, y esta sí es creíble, no puede asistir porque se están cargando actualizaciones… Esas inoportunas actualizaciones que odiamos cuando queremos ver nuestra serie favorita en streaming…
Bueno, pues os contaría con detalle hasta qué punto la gente le ha echado geta con este asunto, pero por un lado no es necesario porque eso ya lo va a hacer por mí el artículo con el que os voy a dejar a continuación, y por otro no puedo hacerlo yo… porque se me está actualizando el sistema ahora mismo, amigos… Sobre cómo he conseguido subir este post si el ordenador está ocupado con esas actualizaciones, mejor no preguntéis, haced el favor. Tenemos que estar juntos en esto del escaqueo, señores.
El 15% de los empleados españoles ha fingido alguna vez actualizar sus dispositivos para evitar una videollamada
El 15% de los empleados españoles ha fingido alguna vez que sus dispositivos estaban instalando actualizaciones para no tener que asistir a una llamada o reunión. Esta excusa podría ser plausible ya que las actualizaciones de software pueden interrumpir la jornada laboral. De hecho, casi un tercio (32%) de los profesionales afirma haber llegado tarde a una llamada por culpa de las actualizaciones. Estos son los resultados de un reciente estudio encargado por Kaspersky para explorar las actitudes y hábitos de los trabajadores en relación con las actualizaciones.
Las reuniones frecuentes suelen ser uno de los quehaceres menos agradables de la rutina de la oficina. La transición al trabajo remoto y a las reuniones virtuales no ha ayudado, dado que los profesionales siguen experimentando fatiga por las videollamadas y se sienten más cansados al final de la jornada laboral. Como muestra la reciente investigación de Kaspersky, algunos empleados encontraron una excusa para saltarse algunas de sus llamadas: fingieron que sus dispositivos de trabajo no estaban disponibles debido a las actualizaciones.
Es sencillo que los compañeros se lo crean, ya que es algo habitual que les puede haber ocurrido a ellos mismos. Además de las citas perdidas, el 33% de los empleados españoles ha perdido parte de su trabajo o datos no guardados cuando su PC o portátil se reinició después de instalar las actualizaciones.
Con todo, algunos empleados ven este tiempo de inactividad del dispositivo como una oportunidad para procrastinar, ya que el 24% de los encuestados en España admite que ha instalado actualizaciones para perder tiempo en el trabajo deliberadamente. Sin embargo, a los empleados no les gusta en su mayoría interrumpir sus tareas, por lo que el 62% desea que las actualizaciones se realicen fuera del horario laboral para mantener su productividad.
"Normalmente, las actualizaciones se descargan durante el horario laboral en modo silencioso y no afectan a la actividad. Sin embargo, para aplicarlas al sistema, es necesario reiniciar. Por supuesto, algunos asuntos son inaplazables, así que normalmente el usuario puede reiniciar en un plazo determinado. Como podemos ver, algunas personas no reciben estas notificaciones o no quieren hacerlo. Por lo tanto, el reinicio requerido puede ocurrir en el momento más inoportuno - justo antes de una llamada importante o cuando están escribiendo un largo correo electrónico", - comenta Egor Kharchenko, Gerente del Grupo de Servicios y Activos de TI en Kaspersky.
Para que las actualizaciones sean cómodas para los empleados y los administradores de TI, Kaspersky recomienda a los departamentos de TI realizar lo siguiente:
1. Planificar las actualizaciones más cerca del final de la jornada laboral, cuando los dispositivos siguen encendidos y pueden descargar las actualizaciones necesarias, pero la actividad de los empleados suele ser menor.
2. Si es posible, utilizar la tecnología wake-on-LAN. Esta permite encender las estaciones de trabajo a través de la red, de modo que las actualizaciones pueden descargarse fuera del horario laboral.
3. Dividir a los usuarios en varios grupos, incluido uno de prueba. Actualizarlos uno a uno, para que el departamento de TI pueda ayudar a todos a tiempo si algo va mal.
4. Informar al personal sobre la función de autoguardado disponible en algunos programas de productividad de oficina: guardará automáticamente todos sus cambios.
5. Instalar una solución de protección de endpoints con funciones de gestión de parches. Además, las tecnologías de detección de comportamientos y prevención de exploits no permiten que los ciberdelincuentes aprovechen los problemas de seguridad no parcheados.