Ya hemos hablado sobre ello en muchas ocasiones, pero un nuevo estudio lo corrobora: Cada vez son más los ciudadanos los que asumen que la privacidad, tal y como fue entendida históricamente, está desapareciendo en la era digital.
Cuando hace unos años Mark Zuckerberg decía alegremente algo así como que la privacidad ya no importaba o no era una norma social a tener en cuenta, aunque pudiera sonar escandaloso, parecía estar anticipándose a los tiempos. Y eso que años después tuvo que pedir perdón y reconocer que en Facebook se había atropellado dicha norma social.
Pero pasa el tiempo, vemos que las normativas surgidas para blindar ese valor en Internet (GDPR) se convierten en un trámite llamado “ventana de aviso de cookies” que sólo parece molestar al entrar en una nueva web, y la gente parece asumir que así son ahora las cosas.
Pero no hay que tirar la toalla, hay mucho que defender, y muchas formas de hacerlo. Afortunadamente, de eso se habla también en el estudio, que pasamos a transcribir a continuación:
Más de la mitad de los internautas cree que la privacidad total es una quimera en la era digital
El 56% de los internautas cree que la privacidad absoluta es imposible en el mundo actual. Así lo revelan los datos de un estudio de Kaspersky y no es difícil discernir las razones por las que se extiende esta percepción. Nueve de cada diez (89%) consumidores acceden a la red varias veces al día; Internet se ha convertido en una parte esencial de casi todo lo que hacemos -desde comprar y ver películas a cambiar de trabajo, socializar o gestionar las finanzas personales. Nuestro comportamiento online también influye en el tipo de contenidos que visualizamos, como la publicidad personalizada, que percibimos como una invasión de nuestra privacidad. En este contexto, ¿se puede considerar a Internet un lugar seguro o una zona de conflicto?
La investigación de Kaspersky muestra que una de cada tres personas (32,3 %) no sabe cómo proteger plenamente su privacidad online, y algunas no se creen con suficiente poder como para defenderse ante posibles ataques. Más preocupante aún, más de uno de cada diez (13%) ha perdido interés en informarse sobre cómo mejorar aún más su privacidad.
Aunque a veces puede parecer una zona de conflicto, el mundo online es en realidad un lugar seguro siempre y cuando se tomen las debidas precauciones. Si ahondamos en la importancia que los consumidores realmente conceden a su información personal, llama la atención que muchos -quizás de forma inconsciente- se ponen en riesgo al no gestionar con prudencia sus datos personales. Una mala costumbre que puede socavar el resto de las medidas que hayan adoptado para mantenerse seguros.
Aunque cada uno tiene su propia percepción de la privacidad, hay consecuencias reales derivadas del mal uso de los datos personales o el hecho de que caigan en manos equivocados. A pesar de ello, uno de cada cinco (18%) consumidores estaría dispuesto a sacrificar felizmente su privacidad si obtuviera algo gratuito a cambio.
El intercambio de información a través de redes sociales puede convertirse en un círculo vicioso, debido a la publicación temeraria de datos personales a cambio de ganancias a corto plazo o para obtener un mayor número de “me gusta”, aunque las consecuencias a largo plazo sean desastrosas. El cabecilla del grupo que robó a Kim Kardashian en París en 2016 afirmó que las redes sociales le habían permitido a él y a sus socios informarse sobre el viaje y valorar sus joyas antes de ejecutar el crimen. Aunque esto pueda parecer un caso extremo, también es cada vez más común que los departamentos de recursos humanos de las empresas analicen los perfiles de sus empleados y candidatos en LinkedIn, Instagram, Facebook o Twitter para comprobar su reputación y para asegurarse de que no perjudican la imagen de la compañía.
El concepto la privacidad online puede ser complejo, sin embargo, el impacto financiero e incluso emocional del mal uso de los datos online puede tener un gran alcance y sus efectos pueden perdurar durante varios años. Por muy exagerados que puedan parecer algunos reportajes en los medios, las violaciones de privacidad online no son baladí. Según datos de Kaspersky, más de la cuarta parte (26%) de los usuarios ha sufrido intrusiones a sus datos privados, una cifra que alcanza el 31% en el caso de los jóvenes entre 16 a 24 años. Para el 24% de estas personas, sus datos privados o secretos fueron robados o manipulados. Cerca de la mitad (46%) de los usuarios sufrieron accesos no autorizados a sus datos personales a través de sus cuentas online.
Para Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Iberia, aún hay esperanza en materia de seguridad. En este sentido, el enfoque más holístico de Kaspersky en relación con la seguridad de los sistemas personales permite a los usuarios estar protegidos. “Estamos centrados en la ciberinmunidad, con el objetivo de proteger a todos los entornos de las ciberamenazas. La clave es la prevención y, a través de la educación y de consejos y trucos sencillos y fáciles de entender pretendemos que la vida online sea más segura para todos”.
“La privacidad y la seguridad online son conceptos muy personales. Todos contamos con diferentes “niveles” de seguridad, sin embargo, lo más importante es tener algún sentido de la seguridad y responsabilizarnos por nuestra propia identidad online. Al margen de nuestros temores respecto a la realidad del mal uso de nuestros datos online, la privacidad de los datos debe ser un objetivo alcanzable para todos. Nuestros secretos pueden mantenerse a salvo y la pérdida de datos no debería ser una expectativa sino una excepción cuando realizamos transacciones online. Una buena higiene digital y una mayor concienciación sobre la importancia de la privacidad o sobre cómo proteger nuestros datos podrían ser claves a la hora de evitar que estos se vean comprometidos”, concluye Alfonso Ramírez.
Para mantener la privacidad en el mundo online y evitar ser víctima de un mal uso de los datos, Kaspersky recomienda seguir estos sencillos pasos:
• Piénselo dos veces antes de publicar en sus canales sociales. ¿Dar a conocer su opinión o sus datos podría acarrear consecuencias negativas? ¿Podrían los contenidos ser utilizados en su contra ahora o en el futuro?
• No comparta las claves a sus cuentas online con familia o amigos. Podría parecer una buena idea o una forma conveniente de compartir cuentas con seres queridos, sin embargo, también aumenta la probabilidad de que las claves sean descubiertas por los estafadores. Guárdelas en un lugar seguro para proteger su seguridad en caso de que alguna de esas relaciones personales se complique.
• Tome en serio su privacidad y no comparta o permita el acceso a su información por parte de terceros a menos que esto sea completamente necesario, para minimizar el riesgo de que caiga en manos ajenas.
• Una solución combinada de productos de seguridad y medidas prácticas puede minimizar las amenazas y salvaguardar sus datos online.