¿Pero no eres ya mayorcito para esas cosas? Es una frase de madre que el siglo pasado, antes de la aparición de Los Simpson, se decía todavía a los adolescentes que seguían viendo dibujos animados. Algo parecido a lo que siguió ocurriendo unos años más tarde con los videojuegos, y que hoy en día se puede decir que está más que superado.
Si amigos, vivimos en la época en la que los grandes dramas han pasado a ser también las películas de superhéroes (ahí tenemos los Batman de Cristopher Nolan o Vengadores: Infinity War), y los referentes infantiles y adolescentes se prolongan también en una madurez que no quiere ser tan madura o estirada como antes. Y, faltaría más, poder seguir jugando con la videoconsola tiene que seguir siendo una opción, a cualquier edad.
Es por ello que no nos sorprende lo que muestran estudios como el elaborado por idealo, en el que se indica que la cuarta parte de la demanda de consolas de nueva generación proviene de jugones mayores de 45 años. O sea, que ahora llegan los cumpleaños, reyes magos y demás, y no queda bien claro si el regalo de la consola es para los niños o para los padres. Y no queda la cosa en los padres, sino que incluso alcanza ya a los abuelos: Las nuevas modalidades de consolas, como Nintendo Switch, alcanzan por primera vez a los mayores de 65 años.
Por otro lado, el mismo estudio revela que, aunque a nivel general los hombres jugones siguen superando con creces en número al de mujeres jugonas (71,42% de la demanda de consolas frente al 28,58%, respectivamente), en lo que se refiere a modelos de última generación, como el antes mencionado, los porcentajes se equilibran hasta 53,1% y 46,9% respectivamente. Luego tampoco empieza a estar tan claro que la videoconsola sea para papá o para mamá (o para el abuelo o abuela).
Claro, como hemos dicho antes, todo esto proviene de la prolongación de la adolescencia como válvula de escape de la vida real, algo que antes los adultos no necesitaban porque se les había enseñado a asumir que la madurez era la madurez y punto (no digamos ya en el caso del papel que debían asumir las mujeres), mientras que ahora el lema es que hay que seguir pasándoselo siempre como un chaval, o al menos debemos conservar ese derecho. A priori yo también prefiero claramente la nueva opción, pero ojo que también llega un punto en que en ocasiones puede llegar a resultar algo un poquito forzado, porque se entra en el nivel “afición de culto”, llevándose el videojuego a la categoría de arte. Y no es que no pueda serlo, es que no me imagino un debate en la 2 de Televisión moderado por un equivalente a José Luis Garci llamado “Qué grande es el videojuego”… otra cosa es que el programa lo hicieran los del podcast Todopoderosos…
Como es lógico por lo dicho antes, es natural que a los jugones maduritos les haga ilusión rememorar sus tiempos mozos echando partidas a juegos de su época, en plan retro. De la misma forma que el cine recupera los mitos de hace décadas olvidando el exceso de CGI en los efectos especiales y volviendo a lo analógico u "orgánico" (Star Wars, etc.). Es algo que ya mencionamos en su día en una vieja entrada, y que este estudio de idealo refrenda: la década de los 90 marca la estética de la moda, y lo vintage está presente hasta en el sector de los videojuegos: tanto Nintendo como Sony lanzaron un modelo basado en sus consolas originales. A pesar de que estuvieran pensadas para seducir al usuario que disfrutó de sus primeras versiones (de entre 25 y 34 años actualmente), la demanda siempre es mayor en el rango de edad entre los 35 y los 44 años de edad.
Bueno, lo que yo digo ante esto último, es que si de verdad os gustan los videojuegos clásicos, 8bits o similar, ¿por qué no recurrir a un emulador del ordenador que tuvisteis en casa cuando erais zagales? Algo como lo que mencionaba en la entrada antes enlazada, y cuyo último y posiblemente mejor logrado ejemplo nos lo proporcionan por puro amor al arte, y sin ánimo de lucro, los cracks de Retro Virtual Machine… ¡Cómo le han alegrado la vida a unos cuantos desde que lo lanzaron!!!