¿Juego o algo más...?

Nueva entrega de cómo facilitar mis datos sin darme cuenta

Volvemos a la carga con otra entrada a nuestro blog, esta vez para comentar con vosotros ese movimiento, juego o no sé bien cómo catalogar, que a raíz de un #hashtag se ha puesto en boca de todos estos días: #10YearsChallenge.

Bajo esta etiqueta, los usuarios de redes como Facebook, Instagram o Twitter, están subiendo sus montajes de fotos de ahora y de hace diez años, confirmando o mostrando los cambios físicos sufridos en este plazo de tiempo. Se ha catalogado como “juego” pero permitidme que en estos tiempos, algo así algunos lo contemplemos con cierta prudencia ya que con ello estamos dando pie a que algunas empresas de reconocimiento facial nutran sus bases de datos gratuitamente.  Lo que algunos tratan de ver como un simple juego, otros como es mi caso, lo llegamos a tildar de alerta al señalar que nosotros mismos ofrecemos información personal, valiosa y fechada con total ligereza.

Yo es verdad que no suelo subir fotos de carácter personal. Puedo encontrarme con ser etiquetada en alguna pero ya me cuido yo de valorar y aceptar que así ocurra. Mi perfil de Instagram está completamente vetado a gente que no conozco (aunque tengo a mi jefe entre mis seguidores…) y en el resto de redes, no aparece nada que dé lugar a hacerse una composición de qué hago, dónde y con quién me voy de vacaciones, etc… Me parecen interesantes las redes, claro que sí, pero creo que mal administradas pueden dar lugar a muchas de las cosas que nos encontramos en las noticias diariamente.

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Inocentemente, los usuarios entrar a formar parte de lo que ellos consideran un simple juego que es mostrar esos cambios que en el transcurso de 10 años hemos sufrido. Pero no vemos que detrás de ello, empresas que se dedican al reconocimiento facial están formando sus propias bases de datos de forma totalmente gratuita. A ver, bien empleada la información no tiene por qué ser un problema, pero ¿y si el uso que hacen esas empresas es negativo? Lógicamente, estas empresas son fundamentales a la hora de encontrar a un desaparecido, ya que podrían cotejarlo con miles de imágenes y hacer una aproximación de cómo sería 10 años después.  Esto sería un claro ejemplo del uso positivo de esas bases de datos de imágenes, pero… Y si en lugar de para este caso, nos encontramos con que esas imágenes se emplean para crear publicidad dirigida, ofreciéndote productos indicados a tu edad o encontrarnos con que nos suban un seguro de vida al contrastar nuestro rápido envejecimiento, por ejemplo. Y gobiernos como los de EEUU y China, ya emplean estos métodos para rastrear personas y hábitos…

Con los robos de datos que hemos visto se han sucedido meses atrás no se trata de alarmar a los que consideran que esto no va más allá de un inocente juego, pero sí de pensar y analizar qué estamos aceptando al entrar a “jugar” con ello. Hasta Facebook parece que lanzó una nota advirtiendo que no tenía nada que ver con el hashtag de moda y que la función de reconocimiento facial se puede desactivar en cualquier momento (no vaya a ser que se la cargue nuevamente…). Pero investigadores de visión computerizada y biométrica sí han alertado que empresas como Facebook o Google se dedican a rastrear la red para recopilar grandes volúmenes de información y con esa lógica a través de #10YearsCHallenge les facilitamos la tarea.

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Imagino que cada uno tendrá una opinión al respecto de este asunto y yo os animo a que la compartáis con nosotros.

De momento el pulpo no lleva tanto tiempo como para mostrar el antes y el después en esos 10 años pero sí puede decir que ha ganado en seguidores desde nuestro comienzo en 2016 ¡Gracias por ello!

Post by Rachel