Primero una aclaración, sobre el título. Resulta que un día vi una pintada en una pared que me pareció rizar un rizo ya rizado: HATE ANTI "A", donde "A" es un colectivo que no quiero nombrar porque no queda ni elegante ni sensato, pero del que puedo decir que se caracteriza sobre todo por odiar. Así pues, un "ANTI A" es uno que odia a otros que odian, con lo que ponerle un "HATE" delante es como elevarlo a un tercer nivel. Entonces imaginé cómo sería poner otro "anti" delante de la pintada, y luego añadir otro "hate", y seguir así en una cadena sucesiva de "antis" y "hates" alternativos. Cuando conseguí pronunciarlo sin trabarme la lengua el resultado parecía una versión lingüística de los Números de Fibonacci, por lo que lo llamé "el fractal del odio". Además, es como la versión negativa de lo que les pasa a los recién enamorados cuando hablan por teléfono: "Y yo a tí", "pero yo a tí más", "no, yo más", "que no tonto", "venga cuelga", "no, cuelga tú", etc. En la versión "hater" sería más o menos así: "Te odio", "y yo a tí", "pero yo a tí más", "que no bobo, que yo a tí más", "¡Que te calles ya, hijo de...!". Aunque parezca que todo esto no tiene mucho que ver con el tema, yo creo que es precisamente una metáfora muy adecuada del mismo, ahora veréis...
En varias ocasiones Rachel os ha hablado de dos temas importantes de cara al posicionamiento en Internet: Por un lado, los contenidos (Los dichosos contenidos, El largo sí importa), y por otro los comentaristas trolls (Los temidos trolls). La teoría dice que son mejores los contenidos de calidad y extensos, y que es malo tener y alimentar a trolls que introduzcan la discordia en los comentarios a dichos contenidos y los puedan echar a perder. Pero lo cierto es que hay una cosa llamada Clickbait que son titulares sensacionalistas y textos simplistas para atraer visitas fáciles entre internautas poco exigentes (que por desgracia son muchos), y el caso es que a muchas páginas les debe funcionar, porque llevan años en ello y salen bien arriba en Google. Y también es verdad hay blogs que aumentan considerablemente las visitas si aparecen trolls entre los comentaristas de sus entradas, ya que si otros usuarios entran en la polémica surgen discusiones sin fin (fractales), de mayor o menor grado de agresividad, en algún caso incluso con "divertidos zascas", y en cualquier caso perpetuando el acceso a esa página por parte de mucha más gente, que reaparece para ver "cómo va la pelea" por puro morbo, o incluso para tratar de meter baza. Y ya si consideramos la sinergia que puede llegar a producir el simultanear ambos "turbios" mundos (clickbait y trolls), el éxito puede llegar a ser inmenso. Es más, puestos a sospechar, no son pocos los que sugieren un premeditado paso más allá, pero esto ya mejor lo explico con un ejemplo concreto.
Eso sí, me váis a perdonar que, de nuevo, no concrete a qué web me estoy refiriendo, porque si mis sospechas son erróneas estaría siendo injusto y practicando el "cuñadismo", y si son ciertas les estaría dando publicidad en contra de mi voluntad. Como de todas formas parece aceptado que es algo más habitual de lo que se piensa, que cada uno lo imagine en casos conocidos (en alguno de ellos puede que se de el hecho, sea en el que yo me baso o no).
En un blog que antaño solía destacar por entradas elaboradas, bien documentadas y muy interesantes desde el punto de vista divulgativo, y que además tenía una gran mayoría de seguidores que aportaban comentarios enriquecedores y desarrollaban debates tan sustanciosos como respetuosos, de un tiempo a esta parte destaca por características más bien contrarias: Ahora publica una buena cantidad de entradas con titulares de cierto tono sensacionalista, tocando temas que, aunque indirectamente relacionados con la materia especializada de la página web, están en la palestra de la actualidad generalista por suscitar polémicas recurrentes - bien es cierto que son temas que igualmente podrían ser tratados desde la moderación y profundidad, pero no es esa la actitud mayoritaria o más visible hoy en día, ni la que se observa ahora en este blog-.
En una de estas entradas, vemos que la línea editarial se decanta claramente por una dirección concreta de opinión, incluso con contundencia en el uso de algunos adejtivos, pero sin pasar de la mención simplista al tema. Al cabo de un rato, aparece un comentario de uno de los usuarios, mostrando justo la opinión contraria, pero con parecido simplismo, y desde luego con bastante más virulencia e incluso algún calificativo malsonante: Muestra tan pocos modales hacia otros puntos de vista como indignación por los pocos modales que según él tienen otros hacia el suyo propio cuando lo ha expuesto en otras ocasiones, así que ya se pone la venda (agresiva venda) previamente. No pasa mucho tiempo más hasta que nos encontramos con que se ha montado una discusión llena de improperios, donde es difícil distinguir a los trolls de los que no lo son, e incluso se acusan mutuamente de las mismas faltas de respeto a su opinión (pero no a la ajena), o de querer imponer una línea de pensamiento: Un fractal del odio, vaya. El resultado es que este tipo de entradas son las que más comentarios generan ahora en ese blog, y por consiguiente las que más visitas y revisitas tienen, con el interés que eso puede suscitar en las marcas que se anuncian en la web (esto además lleva a la paradoja – o incoherencia – de ser los propios comentaristas indignados con la calidad de estas entradas quienes realmente las potencian).
Ante la dualidad entre las opiniones de las entradas y las del "troll" o "trolls" que suele/suelen dinamitar las discusiones, voy a plantear mi sospecha (y la de otros muchos): ¿Y si el blog ha creado sus propias cuentas troll para alentar ese debate polémico? Porque el hecho de que a un blog con una opinión habitual A suela entrar mayoritariamente gente que se decanta por la opinión contraria B, es como si el periódico de ideología A fuera comprado por la gente de la ideología B, y ya sabemos que eso casi nunca ha sido así (bien es verdad que entrar en la mayoría de webs de Internet es gratis y comprar periódicos no, pero sospecho que los diarios online libres también tienen parecido público al que tenían antes, ideológicamente hablando). Se trataría de aprovechar el tirón actual de las diversas polémicas bipolares con el mayor arsenal posible de chispas que enciendan la mecha. Bueno, ahora se me puede llamar conspiranoico (tal vez con razón), pero ojo a lo que planteo a continuación:
En otra web* no hay secretos ni tapujos (no digo que en la anterior los hubiera seguro, pero tal vez): aquí muestran abiertamente su interés por los trolls, así que no tengo por qué ocultarlo. De hecho, se trata de una página para partners de marketing, que trata temas de SEO y posicionamiento web, y en una entrada afirman que tener un troll es bueno para dinamizar conversaciones y tráfico, aumentando lectores y seguidores, y explican cómo conseguirlo, cómo aprovechar la aparición de uno de estos comentaristas polémicos en la página. Si esto es lo que dice abiertamente alguien dedicado a ello, ¿qué no harán muchos de los que no lo reconocen? Y por lo tanto, de ahí a que sea la propia web, el propio comunity manager o el especialista en SEO quien genere la cuenta o cuentas troll, apenas hay un paso. Dudo que, como mínimo, no haya quien en este entorno se lo haya planteado en alguna ocasión. Como mínimo, insisto. Otra cosa es que no se suela hacer por miedo a que salga el tiro por la culata y se acabe por cavar la propia tumba de la web, por puro desprestigio; evidentemente, para ciertos ámbitos no es ni planteable, pero tal vez alguno habría pensado lo mismo cuando el ejemplo que he utilizado era un blog de calidad... pero ¿y si habían perdido visitas y con el nuevo estilo clickbait han vuelto a subir?
Pero veámoslo desde otro punto de vista. A quienes preferimos los contenidos de calidad, serios y moderados, esto nos parece una mala noticia, y es fácil que nos indigne el éxito en Internet de este tipo de webs, algo aparentemente contradictorio con la supuesta utilidad de Google. Pero siendo objetivos, tal vez haya que considerar que, desde el punto de vista del posicionamiento, tiene más lógica de la que aparenta: Si hay mucha gente a la que le gusta la polémica, las malas formas, el "y tú más", y los fractales del odio (como muestran los índices de audiencia de las tertulias de TV en las que hay más gritos que razonamientos), entonces toda esa gente estará realmente interesada en ese tipo de contenidos y discusiones, y por lo tango Google simplemente cumple con esa demanda en su buscador.
La pena es que volvemos a lo que comenté con motivo de la entrada ¿Tecnología igual a tontología?, que acabemos usando algo que podría llevarnos a mejorar la sociedad para probablemente todo lo contrario. Pero, en fin, supongo que de todo tiene que haber.
Personalmente, espero que a nuestro jefe no se le ocurra leer este post y ver una gallina de los huevos de oro, porque hoy por hoy no me gustaría tener que ser yo quien incube esos huevos...
(*): La página web referida ya no existe actualmente; cuando se escribió esta entrada pusimos un enlace a la misma, pero ahora da una alerta de seguridad, razón por la cual hemos suprimido en enlace.