La paz de Google y Microsoft
El pacto de no agresión ante la justicia entre Google y Microsoft del que se habla estos días no es una novedad en sentido estricto, sino que viene a confirmar un acuerdo entre las dos tecnológicas en octubre de 2015.
En aquel momento, Google y Microsoft decidieron poner fin a las diversas demandas que ambas compañías tenían pendientes por posible violación de patentes. Un total de 18 denuncias que los dos gigantes se habían interpuesto mutuamente, sobre todo en torno a Xbox y Motorola, y que se cerraron gracias a un acuerdo del que no trascendieron detalles económicos.
El pacto que ahora han firmado Google y Microsoft supone que de ahora en adelante no volverán a interponerse nuevas demandas. Es decir, que el anterior acuerdo era respecto al pasado, y este es exactamente igual pero de cara al futuro. Puede llamar la atención, no obstante, el hecho de que lo firmado hace medio año no llevase a entender que la no agresión futura fuese una consecuencia lógica en incluso implícita, y todavía más, que hayan hecho falta seis meses para dejarlo claro.
Pero es que incluso, si pensamos en lo que el año pasado declararon portavoces de las compañías en aquel primer acuerdo, todavía parece más insignificante este nuevo acto de reconciliación. Entonces, dijeron en un comunicado que "Google y Microsoft han acordado colaborar en ciertos asuntos sobre patentes y trabajarán juntos en otras áreas en el futuro para el beneficio de nuestros clientes".
Por lo tanto, el nuevo pacto suena más a “postureo” que otra cosa y, en cualquier caso, no supone un hecho inédito como ha afirmado algún medio (incluso no ha faltado el que ha afirmado que es ahora cuando han retirado las demandas pendientes). ¿Pero cuál es o puede ser entonces la razón de que hayan querido incidir de nuevo en ello? No pocos apuntan al hecho de coincidir con una situación complicada de la que Google trata de salir lo más airosa posible, como es la última acusación de la Comisión Europea en su contra, por abuso de posición dominante. Microsoft, por cierto, acaba de abandonar los lobbis que denunciaron al buscador en su día ante el órgano comunitario.
Lo que explican ahora las compañías es lo siguiente: Desde Google aseguran que "nuestras compañías compiten vigorosamente, pero queremos hacerlo con los méritos de nuestros productos, no en procesos legales". En Microsoft han hablado de un "cambio de prioridades legales".