El Cinéfilo tecnológico: El Círculo (2017)

Un episodio flojo de Black Mirror

Tras una serie de reseñas dedicadas a documentales, volvemos en esta sección a las películas dramatizadas, con guión, actores y demás. Eso sí, se mantiene en este caso el tratamiento de un tema de actualidad, como es el caso de la controversia en el uso de los datos, la pérdida de la privacidad y el control total de la gente a través de internet. Todo ello llevado a un extremo exagerado propio de la ciencia ficción, pero claramente basado en lo que ya viene pasando desde hace años en el mundo real.

La dificultad de que temas así pasen de ser tratados en documentales como El dilema de las redes a películas como El Círculo es que se mantenga la credibilidad de la realidad. Me temo que esta película, aunque tenga una idea interesante de partida, y algunas cosas que si funcionan, se queda corta en convencer durante el desarrollo de la historia, debido a cuestiones no suficientemente bien explicadas, algunas pueriles o exageradas, o a giros y cambios de actitud de personajes que no acaban de cuadrar. Y es que inventar una historia sobre algo que ya está revolucionando de por sí el mundo que conocemos, como las nuevas tecnologías, puede provocar aquello de que la realidad siga superando a la ficción.

Otra cosa es que se logre hacer ver, con intención sarcástica, aquello que en la realidad no se advierte con tanta claridad, como conseguían muchos capítulos (no todos) de una serie como Black Mirror, de la que seguramente El Círculo pretendió apropiarse de algunas de sus reglas, adaptándolas con acierto solo en parte. Por ejemplo, cuando el personaje protagonista, interpretado por Emma Watson, es interpelado por compañeros de su nueva empresa de tecnología para que esté mucho más conectada en redes sociales, en una situación de “sentirse obligada en contra de su voluntad -al menos inicial-” que muchos hemos sufrido en algunas ocasiones, generando esa sensación de “Pulpo en la nube” que varias veces hemos criticado en este blog.

La película también pone de relieve con moderado acierto la forma en que se publicita la tecnología digital como una especie de herramienta mesiánica que todo lo va a solucionar, en este caso las luchas de entidades solidarias. Todo ello a través de la exposición total de los datos de toda la gente, para alertar de situaciones de emergencia, curar enfermedades o informar de injusticias a través de un nuevo periodismo informático apoyado en múltiples cámaras de videovigilancia diminutas y baratas. Sin embargo, cuando el film trata de criticar las consecuencias negativas de la consiguiente e inevitable pérdida de la privacidad, utiliza argumentos demasiado simples: Un mero accidente de coche, por muy dramáticas que sean sus consecuencias, palidece al lado de las profundidades y sutilezas de la idea de una sociedad en la que todo el mundo sabe todo de todo el mundo, como hemos mostrado en otras entradas de este blog.

Al final, todos los inconvenientes antes mencionados llevan a El Circulo a acabar pareciendo un alegato tecnófobo trasnochado, de esos que hacen que los Pulpos en la nube parezcamos poco menos que conspiranoicos que temen toda forma de tecnología como si fueran herramientas del demonio. Desde aquí creemos que esto no ayuda a hacer una crítica templada y constructiva de la parte negativa del uso de las nuevas tecnologías, como sí logran otras películas como, por ejemplo, la también reseñada aquí La red social.

 

Nota del Pulpo: 5,5 / 10