Hubo una época en la que a algunos nos consideraban paranoicos cuando poníamos de forma tan cutre pero apañada una cinta adhesiva opaca sobre la cámara web de los ordenadores portátiles. ¿Pero a ti quién te va a espiar, alma de cántaro?, nos preguntaban…
Entonces se hizo pública una fotografía del ínclito Mark Zuckerberg, CEO de la entonces llamada Facebook y ahora Meta, que resulta que hacía exactamente lo mismo en su PC. Vaya vaya, mira por dónde, un gurú de la tecnología, experto informático, que parece saber que esas webcams realmente podrían vigilar sin ser consciente el usuario… Sí, claro, alguien podría decir que igual a ese tipo tan poderoso e influyente sí cabría imaginarlo siendo espiado, mucho más que a cualquier friqui don nadie, pero oye, ya no parecía tan imposible la paranoia.

Más adelante, dándonos la razón (o dándosela a nuestra paranoia para hacer negocio), se empezaron a comercializar unos protectores de webcams en forma de pestañas, que se colocaban encima de la cámara para no tener que estar poniendo y quitando pegatinas. La verdad, habría quedado muy elegante que fueran como las tapas circulares de los objetivos de las cámaras fotográficas y que, como en estas, pudiesen ir unidas por un cordelito al propio portátil; Una estética vintage que habría podido tener mercado. Tras aquello, se veía venir el siguiente paso...

Sí amigos, como bien sabéis hace ya años que los ordenadores personales incorporan de serie una pestaña física (en la era digital hay que aclararlo todo acerca de la fisicidad o virtualidad de las cosas) que permite tapar y descubrir la cámara web. Por lo tanto, ha quedado desmontado ya del todo que realmente fuéramos unos paranoicos los que hacíamos eso mismo de forma casera, al estilo bricomanía. Aunque, bueno, también se puede pensar que a los fabricantes de hardware no les cuesta nada añadir ese tipo de complementos que encarecen el producto y dejan tranquilo al cliente, sirvan de algo o no.
Además de todo lo anterior, a los que hemos llegado tarde (como buenos pulpos en la nube) a la adquisición de equipos nuevos antes del fin del soporte al sistema operativo Windows 10, se nos ha añadido, tantos años después (yo ya llevaba 7) sin tener un portátil nuevo, un detalle que a mí me hace cierta gracia: Además de la pestaña, un adhesivo, claro descendiente de la tira que poníamos de forma manual antes, cubre la propia cámara mientras informa del complejísimo mecanismo de funcionamiento de la susodicha pestaña. Se supone que es provisional: tú quitas el adhesivo explicativo (que probablemente ya no se volverá a pegar ni con chicle), y ya simplemente te fías de la pestaña, mucho más sólida y fiable.

Pero a mí la suma de la pestaña más el adhesivo me deja más tranquilo, qué queréis que os diga. Por mucho que en la pegatina me digan, con mucha educación, “please remove”. Si no pueden vigilarme solo con la pestaña puesta, mucho menos podrán con esa doble capa intraspasable por ninguna lente humanamente diseñada, que es como una cámara acorazada de un banco que ni los de La Casa de Papel podrían robar, o como un sello anti radiactivo en un almacén de restos de material nuclear. Buscando metáforas más jocosas y picaruelas, es como usar condón habiendo habido consumo de píldoras, que no es ninguna locura, porque alguna pareja me consta que lo habría preferido, de haber sabido de antemano que con sólo uno de los dos métodos no iba a ser suficiente…
Por otro lado, uno no se da cuenta tan fácil ni claramente de si la pestaña está tapando la cámara o la ha dejado al descubierto. Eso me pasaba habitualmente con el anterior ordenador del trabajo: Tras una reunión por videoconferencia, era fácil que no me acordase de volver a moverla, y luego me percataba días más tarde… ¡Hala, ya me han vigilado! Como mínimo, ya me van a enviar anuncios de cuchillas, cremas y lociones de afeitado, después de lo que habrán visto. O de ortodoncias invisibles… Mientras no me empiecen a llegar sobre implantes capilares…
Y voy más allá: Muchas veces estaba convencido de haber dejado cerrada la pestaña de la cámara…¡y luego aparecía abierta! ¿Pero esto qué es? ¿Cómo puedo estar totalmente seguro de que esa pestaña no se mueve sola, controlada por perversos hackers y ciberdelincuentes? De vez en cuando, con los nuevos portátiles (el personal y el del trabajo, ambos todavía con el adhesivo), me encuentro con la pestaña abierta… Y sí, me quedo más tranquilo gracias a que no he quitado la pegatina aún.
Así pues, ahora tengo cuatro posibles niveles de seguridad de la webcam para elegir (meramente físicos, luego estarían los cibernéticos, pero esos sólo dejan tranquilos a quien no sea un pulpo en la nube):
Así que este paranoico va a optar por no quitar de momento la pegatina (ya veremos cuando llegue la primera reunión… igual la hago a cara tapada…), que luego no se puede volver a pegar, y por supuesto la pestaña cerrada… Y si tengo que despegar el adhesivo, ya pondré después otro casero a la antigua usanza… Es más, igual hasta pongo un adhesivo casero encima del que viene de fábrica, así ya es triple protección… Incluso puede venir bien poner otro más que impida el desplazamiento de la pestaña… Cómo me dejaría de tranquilo si además pudiera incorporar un candado… De verdad que me dan ganas de trabajar con un pasamontañas, o con una máscara de los de Anonymus… ¡Socorroooooo!