La inteligencia artificial, ahora también para escaladores

Esto sí que es una solución tecnológica escalable

Nuestro querido pulpo no es escalador, pero como todos sus congéneres, tiene ocho patas. Eso le asemeja a las arañas, que como sabemos sí pueden trepar por donde quieran, y por eso hay quien llama Spiderman a un escalador.

El anterior párrafo, tan rebuscado como tontuno, era innecesario para justificar que nos pongamos a hablar de escalada, en primer lugar porque este que escribe sí practica escalada en su tiempo de ocio, y en segundo porque en esta ocasión vamos a relacionar ese noble deporte con el mundo de la informática, que sí es tema habitual por definición de este blog. ¿Por qué entonces esa introducción? Pues la verdad, no lo sé, pero son la tontería ya llevo dos buenos párrafos.

La razón de tocar este asunto es una noticia reciente acerca de una iniciativa de emprendedores que aspira a introducir la inteligencia artificial (cómo no, otra vez más) en el mundo de la escalada. Muchos deportes cuentan ya con la posibilidad de utilizar tecnología a base de dispositivos wearables y aplicaciones móviles para monitorizar y cuantificar diferentes medidas del ejercicio físico realizado, como bien sabemos. Entre los muchos deportes que así lo desarrollan están las actividades de montaña y naturaleza, como el treking, el trail running o el alpinismo, donde además hay cuestiones sobre orientación, rescates, etc. que también se han tratado tecnológicamente. Sobre ello ya publicamos una entrada hace mucho, y no viene mal repasarla porque trata conceptos similares a los de hoy.

Sin embargo, ¿cómo se lleva eso a un deporte tan particular como la escalada? A eso último se dedica la empresa Lizcore, con una intención prioritaria hacia el control de la seguridad de un deporte que, no lo olvidemos, es de riesgo. A base de un hardware consistente en una pulsera con sensores y cámaras, y un software basado en IA asociado, el sistema testea que los escaladores estén utilizando correctamente los sistemas de seguridad de este deporte (arnés, dispositivo de freno, cuerda, cintas exprés, etc.), en aras de reducir los accidentes. Para más detalles, me remito al artículo enlazado arriba (para vagos, lo vuelvo a enlazar aquí).

Ahora viene la opinión de este escalador aficionado que escribe, que es para lo que suele servir un blog. A priori, y tratando de huir de la tentadora tecnofobia, toda herramienta para mejorar la seguridad de cualquier actividad y mitigar los accidentes debería ser bienvenida. Ahora bien, cualquiera que se dedique a la escalada debería, por su propio bien, dominar el sistema de seguridad de dicho deporte sin necesitar ayuda tecnológica externa. Mientras dicha ayuda no le reste al escalador su capacidad de autonomía para resolver las diferentes situaciones que se dan en la pared, bien está que haya ese plus de seguridad, que bien puede ser un “por si acaso”, o incluso bien usado puede tal vez ayudar a aprender a manejar bien el sistema de seguridad.

Lo que pasa es que ya sabemos lo que ocurre cuando, con el paso del tiempo, las personas ya se han acostumbrado al uso de tecnologías. Basta con poner el ejemplo del uso de GPS y sistemas de navegación en los coches: Ahora muy poca gente sabría manejarse con los mapas de papel tipo “Guía Michelín” del siglo pasado. En el caso de la carretera, mientras te funcione el navegador no pasad nada. Pero en la escalada, ninguna tecnología debería sustituir jamás el conocimiento y la experiencia del escalador a la hora de manejar por sí mismo la cuerda y demás; nunca una IA debería acabar haciendo un nudo de ocho por ti porque tú no sabes. En definitiva, sería deseable que esta nueva IA no nos lleve a otra nueva TA o Tontería Artificial de las que hablamos en una entrada reciente.

Entiendo que la diferencia con el GPS de los coches es que en carretera la tecnología ya te va diciendo por dónde ir, y eso resta con el paso del tiempo la capacidad de orientación que antes era necesario desarrollar, mientras que Lizcore parece estar diseñado sólo para testear y avisar en caso de error, pero sigue dejando al escalador (eso espero) el dominio y la autonomía de manejar el sistema de seguridad, sin poner en peligro la pérdida de la costumbre de saber hacerlo por uno mismo. Aunque ojo también al nivel de atención y avisos que ofrezca esta nueva tecnología de IA, porque como se parezca al “paternalismo” de esos mismos sistemas en los coches (cinturón de seguridad, etc.), también puede llegar a ser estresante, y más en un medio expuesto como un muro de roca o de rocódromo.

Y luego ya sí, al final tengo que dejar rienda suelta sin tapujos al tecnófobo – pulpo que llevo dentro. Porque claro, cada vez quedan menos cosas que no haya invadido la tecnología y últimamente la inteligencia artificial. En aras de la gallina de los huevos de oro, ¿de verdad no vais a dejar nada de la vida y de la existencia sin ponerle un “V – check” tecnológico - digital? Un poco cansinos sí que sois, llamadme pulpo…