Hoy nos vamos a poner un poco más serios, me temo -que tampoco es que sea mucho más gracioso cuando lo pretendo, pero bueno-. La cosa es que ayer surgió, hablando con los compañeros, el tema de la ley del filtrado de contenidos protegidos por derechos de autor en plataformas de Internet, que se está tramitando para entrar en vigor en la primera mitad del año que está ya próximo a comenzar.
Para desavisados sobre el asunto, y como ya se ha escrito mucho sobre el tema desde hace meses (por aquello de no replicar contenido que Google pueda rechazarnos ¡que nosotros también queremos ir subiendo por ahí, hombre por dios!), os voy a remitir a este artículo si queréis tener más detalles acerca de cómo se supone que se pretende que funcione esta ley. Lo que no quita que hagamos un resumen, y para eso os remito al párrafo que viene aquí abajo.
De momento, lo que el actual proyecto (que las instituciones europeas todavía tienen que confirmar y tal vez revisar) propone es que las grandes compañías de Internet puedan filtrar todo el contenido que los creadores suben a su espacio, con el objetivo (teórico) de que las plataformas de internet paguen de forma justa a los que contribuyen con su propio contenido del mismo modo que ocurre en las publicaciones físicas. Los internautas pueden acabar siendo los principales afectados por este filtrado automático de contenidos que propone la directiva. De salir adelante, según los expertos en propiedad intelectual, impediría a los usuarios publicar música o imágenes si las plataformas no pagan derechos de autor por ello. Esto implica que las plataformas afectadas podrían ir desde Twitter, hasta Google, Facebook, YouTube, Flickr, e incluso WhatsApp, aunque tampoco se descarta que se vean involucrados con la nueva normativa otros sitios web mucho más pequeños, como la página de una escuela, de un centro deportivo o incluso el blog de un aficionado al arte. (A tomar viento lo que dije antes de no replicar contenido… ¡vaya copia – pega que me he marcado! Y además tratando sobre este asunto… ¡glub!).
Vamos, que las plataformas se van a ver obligadas a ser policía y juez de los contenidos protegidos que se suban a Internet. Y el problema es que delimitar qué contenidos incluyen algún tipo de detalle de algo con Copyright y cuáles no puede llegar a ser tan complicado que los filtros tendrán por fuerza que hacerse muy restrictivos para curarse en salud, usando algoritmos poco refinados, y al final no van a pasar casi nada. Todo esto lo explica muy bien uno de mis Youtubers favoritos, el divulgador musical Jaime Altozano, del que os dejo aquí un vídeo suyo sobre este tema (aprovechad para verlo ahora, que lo mismo dentro de unos meses ya no pasa el filtro…).
Como es lógico, todo esto está causando una importante polémica en el mundo internauta. Esta semana se celebró un encuentro / debate sobre el asunto, en el que se reunieron asociaciones de usuarios de Internet, empresas y algún representante de la administración pública, y sólo en el último caso se defendió el contenido del polémico artículo 13, que es donde está el núcleo del problema. Aquí podéis leer un artículo sobre este encuentro, pero os transcribo un poco lo que dijeron unas partes y otras (ahora que todavía no me van a exigir nada por Copyright):
La subdirectora adjunta de propiedad intelectual del Ministerio de Cultura, Ester Torrente, fue la única que ha defendido esta nueva normativa: "El mundo online no puede constituirse como un estado de excepción, los derechos de autor son fundamentales", dijo.
Del lado opuesto, el presidente de las Asociación Española de Startups, Carlos Mateo, dijo lo siguiente: “Se presuponen cosas equivocadas, el empresario no puede ser juez, y tampoco tiene los recursos para poder saber todo sobre lo que se sube a Internet". Por ello, vaticinó un mal futuro para la red en Europa: “El artículo 13 se cargará muchos proyectos y hará que en Europa desaparezca el sector digital, sobre todo lo relacionado con contenidos. Nos quedaremos en manos de los que están afincados en Afganistán, y si cometen alguna infracción, ve y persíguelos".
También la abogada Ofelia Tejerina, miembro de la Asociación de Internautas, quiso destacar otra posible consecuencia aparentemente absurda de esta ley: Que los propios creadores de contenidos puedan salir a la larga perjudicados: "Si nos paramos a pensar, en la fórmula que se plantea los autores, sobre todo los noveles, se van a encontrar con muchos momentos en los que el algoritmo decide que ese autor lo que ha subido a la red es muy parecido a otro contenido. ¿Y qué va a hacer la plataforma?, pues eliminar por defecto ese contenido para evitar las sanciones".
Pues eso, que la cosa está complicadilla. Si de verdad el asunto va a ser tan apocalíptico como lo pintan en el peor de los casos (me vuelvo a remitir al vídeo de arriba), me cuesta creer que no se vean obligados a echarse para atrás, porque directamente va a desaparecer la inmensa mayoría del contenido de Internet, y eso ni siquiera interesa a la economía digital, así que yo, iluso de mí, tiendo a pensar que la cosa no podrá ser para tanto…
…o eso, o es que me niego a aceptar que nuestro pulpo se pueda ver todavía más perdido y desaparezca él también, incapaz de enviar Tweets con imágenes que no son suyas…
En fin, ya iremos viendo lo que pasa. Por cierto, ¿vosotros qué opináis de todo este asunto…?
Post by Albert