Nuestro querido Pulpo lleva años manteniendo una cruzada contra aquello que le trae por la calle de la amargura, que como bien sabéis no es otra cosa que la invasión de las nuevas tecnologías en su vida. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol.
Los métodos utilizados por nuestra mascota para abstraerse de la omnipresencia de las herramientas digitales son diversos: Retiros espirituales, perderse en un bosque, sumergirse en la literatura (por supuesto, en papel, nada de e-books), etc. Lo malo es que la huida no termina nunca, porque el mundo sigue avanzando hacia aquello que él evita.
Todo sería más fácil si el resto del mundo (o al menos la mayoría) se apuntara a sus mismas actividades alternativas. Pero precisamente porque son alternativas, y especialmente discretas (propias de un ermitaño), es difícil que puedan crear tendencia. Y la paradoja es que hoy en día, para que algo se viralice, los medios son tecnológicos: Internet, redes sociales, etc.
Sólo hay algo que ya tenía un éxito masivo antes de la era digital, y que sigue teniéndolo en la misma: El fútbol. Pero he aquí que nuestro querido molusco tampoco es precisamente futbolero (pese al precedente de aquel congénere suyo llamado Pulpo Paul en el mundial que ganó España). Es fácil de entender, porque de alguna manera lo que irrita a nuestra mascota es, sobre todo, sentir la no deseada obligación de tener que hacer lo que hace todo el mundo por el simple hecho de que le guste a todo el mundo, y eso ocurre tanto con la tecnología como con el fútbol. No le gusta sentirse borrego en un rebaño, a nuestro Pulpo, vaya.
Pero resulta que es en ese otro mundo de éxito ruidoso, masivo y de omnipresencia y trascendencia exageradas que es el fútbol donde el Pulpo podría encontrar un aliado para restar esas mismas características al mundo tecnológico. Otra vez, otra paradoja.
Todo esto viene a cuento porque nos ha llegado el resultado de una encuesta, llevada a cabo por la marca de smartphones HONOR, según la cual ll 67% de los aficionados al fútbol admite que la emoción del gol supera cualquier preocupación por sus teléfonos móviles. Es decir, que el Pulpo podría encontrar el antídoto contra los dispositivos que tienen hipnotizada a la gente en el fútbol, y así lo admiten la mayoría de los aficionados.
Incluso hay consecuencias no deseadas de la euforia del fútbol, pero que operan como pequeñas aliadas contra la tecnología, ya que durante un gol el 28% de los aficionados reconoció haber derramado bebidas sobre su teléfono. Aunque la verdad es que agarrarse a ese detalle no parece una estrategia potente para hacer caer el imperio de las tecnológicas, así que por ahí el Pulpo lo lleva crudo. No sólo eso, en realidad el fútbol y la tecnología también pueden ser aliados: los aficionados utilizan sus dispositivos constantemente durante los eventos deportivos. Un 56% consulta los resultados en directo en su móvil, un 65% envía mensajes a amigos y familiares, un 34% actualiza sus redes sociales y un 36% se dedica a capturar fotos del momento.
Habida cuenta de los últimos datos aportados, nuestra mascota probablemente buscará otro lugar hacia donde encaminar su lucha tecnófoba. En el fondo, se sentirá aliviado de no tener que escoger una de sus némesis para intentar acabar con la otra.